Urgido, el Presidente apuró una bala de plata

Adiferencia de los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner, Mauricio Macri no se tentó con administrar con puño de acero y en forma discrecional el Fondo Solidario de Redistribución (FSR), la caja en la que se atesora el aporte obligatorio que se les retiene mensualmente a los trabajadores de sus salarios. Se trata de la famosa caja sindical, el millonario tesoro por el que los dirigentes gremiales son capaces de todo.

La audaz decisión de Macri de activar un interesante mecanismo de reparto de los $ 27.000 millones, el monto que alcanzó la histórica deuda que reclaman desde hace diez años los sindicalistas, se concreta en un contexto que comenzaba a inquietar al oficialismo. En la Casa Rosada advierten una inflación díficil de controlar, el empleo en caída, la conflictividad en alza por el incremento en las tarifas y la amenaza latente de un paro general para después de la reunifiación de la CGT, prevista para el 22 de este mes. La eventual protesta de la CGT quedaría ahora en la nada.

Con esta jugada, Macri ratificó la tregua que habían sellado los ministros Jorge Triaca (Trabajo) y Jorge Lemus (Salud) con la cúpula de la CGT, hace ya casi un mes. De aquel encuentro había participado Hugo Moyano, el gran ausente ayer en la Casa Rosada. Macri y Moyano hablan por teléfono, pero aún se deben una charla a solas, como la que le concedió el Presidente apenas unos días antes de asumir en el cargo. Hay sólo un tema que tensa hoy el vínculo: el desvelo del jefe camionero de controlar el fútbol argentino tras su inminente retirada de la CGT, después de haber ocupado 12 años el sillón de mando.

La decisión oficial de abrir la caja del FSR ayuda a derribar mitos. Primero: era verdad que en una cuenta del Banco Nación se atesoraban los aportes de los trabajadores. Segundo: queda en evidencia que antes regía un reparto discrecional de los fondos. El grifo financiero depende de la Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS), un organismo que el kirchnerismo colonizó con tropa propia para disciplinar a los gremios.

Como parte de su negociación con los sindicatos, Macri ubicó en la Superintendencia de Salud a Luis Scervino, ex director médico de la obra social del Sindicato de Obras...

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