Tucumán, 9 de julio de 1816

"Nadie es la patria –escribió Borges para LA NACION en su Oda por el sesquicentenario de 1966– /pero todos debemos/ ser dignos del antiguo juramento/ que prestaron aquellos caballeros/ de ser lo que serían por el hecho/ de haber jurado en esa vieja casa/ Somos el porvenir de esos varones,/ la justificación de aquellos muertos..."

¿Quién no siente emoción esta mañana por las lejanas mañanas frías de guardapolvos blancos? ¿Quién no siente esa emoción vivida entre palabras "alusivas" de la señorita maestra, mientras sobre el patio de la escuela se batía, desde lo alto del proscenio, la mirada comedida de la señora directora? ¿Quién olvida que, ya de vuelta al aula, afrontábamos con tropiezos la composición alegórica que a su turno habían escrito nuestros padres y alguno de nuestros abuelos? Borroneábamos el texto inevitable ante el pizarrón tachonado con la imagen de "Francisco Narciso de Laprida, cuya voz declaró la independencia de estas crueles provincias…", y otra vez Borges, que persevera en la memoria, ahora por el Poema Conjetural que nos deslumbró siendo hombres.

Se necesitarían dos siglos más de una contracultura obstinada para poner a prueba la identificación agradecida de los argentinos con la fecha en que los diputados reunidos en Tucumán proclamaron, por unanimidad, la insumisión de las Provincias Unidas de la América del Sud de la dominación "de los Reyes de España, sus sucesores y metrópoli". Como eso les pareció insuficiente, los congresales agregaron días después, a instancias de José Serrano: "…y de toda dominación extranjera".

Serrano era diputado por Charcas, una de las provincias del Alto Perú presentes en Tucumán. También estaba allí la representación de Tupiza, Mizque (Cochabamba) y Chuquisaca. Refleja bien la significación de ese aporte el hecho de que el acta de la Independencia se registró en dos versiones, al imprimirse por vez primera: una, en lengua española, y otra, en quichua. Aparte, hubo una edición en aymara.

¿Qué dicen a esto los que ayer, no más, descubrieron a los "pueblos originarios"? ¿Qué dicen quienes hoy mismo critican desde gobiernos provinciales al Congreso de Tucumán por supuestas carencias de sentido social e ignoran que la Constitución de 1819, sancionada por ese congreso, fue de las primeras en el mundo en imponer al "cuerpo social" la obligación de garantizar los derechos del hombre y llevar alivio a "la miseria y desgracia de los ciudadanos, proporcionándoles los medios de prosperar e instruirse"?

El espíritu de aquella época reclamaba...

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