Un triunfo todo de Macri

Sumaban, para hacer esa deducción, Miguel del Sel en Santa Fe. en los últimos siete días en dos de los cuatro grandes distritos nacionales. Macri necesita que esa saga no se interrumpa. Por eso, el líder porteño se acostó anoche con más ansiedad que alegría. Desde que conoció el resultado de las mesas testigo, a las 19.30 de ayer, se impuso el próximo objetivo: construir en la Capital un triunfo en primera vuelta para las elecciones del 5 de julio próximo.

Cierta audacia es innegable en el líder porteño. Corrió el riesgo de que ganara Pro y perdiera Macri. Eso era lo que decían las encuestas que sucedería cuando él decidió apoyar a Horacio Rodríguez Larreta. Aquellas mediciones, que entonces halagaban a Gabriela Michetti, fueron modificándose con el correr de las semanas a favor del delfín de Macri. Rodríguez Larreta es una obra política completa de Macri, porque aquél jamás hubiera podido competir con Michetti (y menos ganarle) sin el apoyo decidido de su jefe. Rodríguez Larreta tiene méritos como hombre de gobierno (su más grande aporte al macrismo), pero no es ése el único atributo que se necesita para ganar elecciones. Ni siquiera es el más importante. La elección de ayer, digan lo que digan, la ganó Macri.

Macri encarna, de algún modo, el eterno péndulo político de la sociedad argentina. A una parte de ésta le gusta entretenerse hurgando en el otro extremo cuando ya se fatigó de un discurso, de una política y de ciertas formas. Le gusta pasar de Menem a Kirchner o de Alfonsín a Menem, presidentes que representaron posiciones distintas, y hasta enfrentadas, en casi todas las cuestiones públicas. Scioli expresa, en cambio, a importantes sectores sociales que simpatizan con algunas políticas del cristinismo. Según las mediciones de opinión pública, esa porción de la sociedad está de acuerdo con una presencia decisiva del Estado en la economía, con una política exterior distante de los Estados Unidos y con los subsidios estatales (que benefician, sobre todo, a la clase media y a la clase media alta). Macri no cree en ninguno de esos postulados y es posible que Scioli tampoco, pero los dos podrían expresar en las elecciones presidenciales de octubre esa opción entre un cambio drástico y una continuidad suave.

El 5 de julio Macri no tendrá un desafío, sino dos. Ese día se votará también en Córdoba, donde el macrismo, el radicalismo, la Coalición Cívica y el juecismo reprodujeron el acuerdo nacional. Pero el contrincante es sólido y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR