El solidarismo

AutorCésar Landelino Franco López
¿Qué es la ideología Solidarista?

El Solidarismo es un pensamiento filosófico que plantea tópicamente que patronos y trabajadores no poseen diferencias significativas y que ambos sectores pueden caminar unidos en pro del progreso del capital y la empresa.

Se sostiene de la colaboración entre clases o entre factores de la producción (capital-trabajo), y derivado de ello, en la armonía y la paz laboral como pilares de las relaciones obrero-patronales.

Se plantea que si la empresa es próspera y existe aumento de producción el empresario cuenta con mayor disposición para distribuir equitativamente el resultado del esfuerzo productivo. Se promete con el desempeño de esa actitud de Solidarismo que se presume de buena fe, que el trabajador va paulatinamente a convertirse en dueño de la empresa.

¿Cuál es el efecto que provoca el solidarismo en los sindicatos?

El principal efecto es el debilitamiento y paulatina destrucción de los sindicatos; la pérdida de derechos adquiridos; imposibilita la negociación de Pactos Colectivos de Condiciones de Trabajo; fomenta la división entre los trabajadores; provoca enfrentamientos entre los mismos; la lucha obrero sindical es cada día más tensa frente al intento de crear una mentalidad empresarial del trabajador viene la desproletarización y la mediatización, lo que provoca el debilitamiento de las centrales obreras, evitando que estas últimas se constituyan en grupos de presión de los problemas nacionales en función de los intereses de la mayoría.

Rasgos solidaristas

El movimiento Solidarista, es un instrumento patronal que se presenta inicialmente en aquellas empresas en donde: existió un sindicato de trabajadores; o ha existido la intención de formar una organización sindical; o bien en centros de trabajo en donde existen sindicatos débiles y aún más, este movimiento ha penetrado en centros de trabajo en donde han existido sindicatos fuertes, como el caso de las empresas bananeras, en varios países de Centroamérica, y por supuesto en las grandes transnacionales como Coca-Cola, Pepsi Cola y otras, en donde coinciden los intereses de los empresarios transnacionales con el afán de destruir los organismos sindicales genuinos.

Siendo organizaciones eminentemente patronales, fomentan la división entre los trabajadores porque los empuja al servilismo, la sobreexplotación y la sumisión.

Las pocas mejoras económicas-sociales que obtienen son producto del aporte de los trabajadores (que es descontado mes a mes de su salario), lo que quiere decir que: el capital social es el resultado de las aportaciones obligatorias de los trabajadores y el aporte que dice dar la empresa y esto no es mas que lo que corresponde al pasivo laboral de los trabajadores.

Orígenes del solidarismo

A fines de la década de 1940 Alberto Marten Chavarría pensador social y político costarricense promulgó las ideas que sirvieron de base a una “nueva” doctrina de relaciones obrero-patronales que llegó a conocerse con el nombre de solidarismo, fundamento ideológico del Movimiento Solidarista actual en Centroamérica. Marten hizo hincapié en los principios de dependencia reciproca y colaboración entre patronos y trabajadores.

En adelante los conflictos de intereses o relaciones adversarias darían paso a la armonía de intereses comunes y sería un reflejo de la naturaleza corporativa de la producción servicio o empresa comercial. Este concepto fue impulsado por una visión de paz y justicia social que se alcanzaría a través de la unidad y no, de la división de la solidaridad clasista y de la lucha de clases.

Así mismo, de esta visión se derivan los objetivos que deben su definición al contenido de la doctrina de Marten. Su enfoque consistió en un programa encaminado a la distribución justa de la riqueza en Costa Rica por medio de acciones que progresivamente “democratizarían el capital” y conducirían a una mayor producción por los trabajadores. En esta forma Marten abogó a favor de programas que facilitaran la compra de acciones de capital por los trabajadores en sus propias compañías o en otras.

La redistribución del ingreso se efectuaría con un enfoque más equitativo hacia la propiedad privada que traería consigo más justicia y armonía en las relaciones industriales. De la misma manera se establecía el objetivo de realzar la dignidad del trabajador y de sus funciones en su centro de trabajo.

Marten trató de lograr esto dando al trabajador un verdadero sentido de participación en la empresa, no sólo a través de los incentivos implícitos en la propiedad y en las utilidades compartidas, sino también mediante la creación en el centro de trabajo de una realidad donde prevalecería la práctica de la comunicación, de la comprensión y de la colaboración. El objetivo de mejorar la calidad de vida del trabajador también ocupaba un lugar elevado en la escala de valores establecida por Marten. Este se lograría proporcionando una variedad de servicios a los trabajadores por intermedio de una asociación “Solidarista” y de un fondo capital (obrero patronal). La asociación concedería crédito y facilitaría ahorros y servicios y consumo a los trabajadores. La asociación también administraría el fondo mixto invirtiendo su capital de acuerdo con las decisiones tomadas colectivamente.

Con las ideas de Marten y su instrumento, la asociación solidarista floreció brevemente en Costa Rica en la década de 1950. En 1949 Marten propugnó sus ideas básicas y sus propuestas en un libro titulado La Metafísica del Dinero, cinco años después, ya existían en Costa Rica veinticuatro asociaciones solidaristas y una organización nacional de asociaciones llamada La Unión Solidarista Costarricense, establecida con el propósito de dar a conocer de mejor forma y dar más unidad al movimiento. En 1959 ya se habían formado apropiadamente 70 organizaciones. Con todo, el movimiento se extenuó muy pronto. En 1963 la mitad de las asociaciones ya se habían dividido y al final de la década quedaban sólo unas 20. Las razones del fracaso aparentemente se debían al mismo Marten. Este se había retirado del esfuerzo de promoción de las asociaciones tal vez por incertidumbre sobre la capacidad de los programas para lograr el cambio social que él creía necesario. También formó un partido político Solidarista que buscaba un auditorio más amplio y más influyente para el mensaje que quería transmitir.

Esto fue considerado por muchos de sus seguidores como una violación de la neutralidad política o del carácter no partidista esencial al movimiento. A raíz de esto la dedicación y el favor amenguaron. Bajo la dirección del sacerdote Claudio Solano, el movimiento recibió nueva vida en 1971. Con el apoyo del Padre Solano el solidarismo creció en Costa Rica en las últimas cuatro décadas. Como Director Ejecutivo de la Escuela Social Juan XXIII, Solano y sus socios, particularmente en el sector empresarial han hecho promoción al movimiento ampliándolo con señalado éxito. La Escuela Social parece haber sido el principal vehículo de dicha expansión.

La Escuela Social ha formado el personal y los trabajadores de las asociaciones y tiene su propio programa de promoción para organizar nuevas asociaciones solidaristas, principalmente en la capital y en los alrededores de la misma. El programa de estudios de la Escuela, efectuado a corto plazo, es muy intenso y consiste en seminarios con un alto nivel de asistencia en los que se inculcan los principios del movimiento y se capacitan los líderes de las asociaciones. Muchos más trabajadores que patronos o representantes de estos asisten a los cursos de formación. En el aspecto externo la Escuela cuenta con más de cuatrocientos activistas, cuya misión consiste en organizar nuevas asociaciones solidaristas.

Así tenemos que: gracias al amplio financiamiento, que en gran parte proviene del sector empresarial y del apoyo institucional de la Escuela de capacitación, el movimiento ha tenido una rápida expansión. Actualmente y con base en estimados, posiblemente aumentados, provenientes de fuentes solidaristas, el movimiento cuenta actualmente con cerca de 80,000 asociaciones con unos 750.000 efectivos, cifra que hace del solidarismo un movimiento cuya magnitud es mayor a la del movimiento sindical en aquel país. Cada uno de estos movimientos representa más o menos un 30% de la fuerza laboral del país. La diseminación de las asociaciones solidaristas fue también significativamente impulsada con el crecimiento, en 1980, de la Unión Solidarista Costarricense (USC), organización que ha jugado un papel sustancial de promoción y activismo en el campo de organización. El movimiento también fue fortalecido por una ley nacional que legalizó las asociaciones Solidaristas en 1984.La Ley de Asociaciones Solidaristas legitimizo públicamente el movimiento.

Tesis sobre la ideología solidarista
a El solidarismo tiene como punto de partida una visión determinada del concepto solidarismo

A saber, la solidaridad...

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