Los primeros 90 minutos en busca de la gloria

MONTERREY.- El destino los vuelve a cruzar, pero en una circunstancia diferente, decisiva, que no ofrecerá segundas vueltas. Tigres y River ya se midieron y quedaron a mano hace unos meses atrás. Ahora, en la nueva saga que protagonizarán, no hay espacio para las tablas. La Copa Libertadores busca a su campeón. El primer episodio del recorrido final empezará hoy, desde las 20 (22 de nuestro país), en "El Volcán", y terminará, dentro de siete días, en el Monumental. El sueño de un equipo mexicano de levantar por primera vez el trofeo más emblemático de clubes del continente y el deseo ferviente de los millonarios por romper con los 19 años de espera, esa que empezó a correr desde la noche en que el uruguayo Enzo Francescoli exhibió con orgullo y emoción la copa frente a los hinchas, en Núñez, en 1996. Cara a cara, de ida y de vuelta, todos detrás de la gloria.

En este mismo escenario River tuvo una reacción, vio una señal, revirtió lo que era sentencia definitiva en el prestigioso certamen. Fue la noche en que Teo Gutiérrez y Mora aparecieron cuando el equipo más necesitaba de sus delanteros, quienes en los cuatro partidos anteriores del Grupo 6 no habían marcado. Fue este rival el que le tendió, una semana más tarde, una mano y quitó del camino al modesto Juan Aurich, de Perú, para darle vida al gigante argentino, el mismo que ahora puede arrebatarle la ilusión y convertirse en su peor pesadilla.

Cada uno se lanzó por su camino sin pensar que las vías opuestas tendrían un punto de contacto en el futuro. Era muy temprano entonces para hablar de una hipotética final, más cuando River, clasificado como el peor de los segundos en la etapa de grupos, tenía enfrente a Boca, el rival de siempre, el que arrasaba a sus rivales. "Nos van a tener que aguantar", pronosticaba por entonces el director técnico Marcelo Gallardo. Para los millonarios, el superclásico resultó la mejor prueba de temple y estrategia, más allá del escándalo de la Bombonera. La hoja de ruta siguió con Cruzeiro -el único equipo que derrotó en un mata-mata a una formación en el ciclo internacional del Muñeco en River- y Guaraní; Tigres, a la vez, desandaba su periplo y eliminó a Universitario de Sucre, Emelec e Internacional, de Porto Alegre.

La Copa América provocó un corte en el trayecto de la Libertadores, y ahí se observó que Tigres y River iban por todo. Con estrategias diferentes, porque mientras en Núñez se apeló al sentimiento para repatriar a Saviola y a Lucho González y...

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