Premio Bunge y Born para dos experimentados paleontólogos

Beatriz Aguirre-Urreta, la primera latinoamericana y la primera mujer en ser miembro de la Sociedad Geológica de Londres, creada hace más de dos siglos, recibió anoche el Premio Bunge y Born a la ciencia, una de las recompensas más importantes que se entregan a científicos en actividad en América latina, y que este año por primera vez se otorga a la paleontología.

"No lo esperaba -confiesa la investigadora-, fue una enorme sorpresa. Cuando recibí la llamada de Jorge Born estaba trabajando con unos colegas, revisando un libro que había llegado desde los Estados Unidos, y fue muy, muy emocionante."

Al abrir la ceremonia, en la que estuvieron presentes varios ministros y, fugazmente, la primera dama, Juliana Awada, el director ejecutivo de la Fundación Bunge y Born, Gerardo della Paolera, precisó: "Es el premio científico más importante que otorga una entidad privada, por su monto y su prestigio, y desde 1964 se entrega anualmente a investigadores consagrados en el país. Basta con mencionar que, además de Luis Federico Leloir, lo recibieron Alfredo Lanari, Alfredo Pavlovsky, Eduardo De Robertis, Eduardo Arzt, Gabriel Rabinovich, Antonio Hall y otros grandes de la ciencia nacional".

Aguirre-Urreta es una referente internacional en amonites, moluscos fósiles con aspecto de caracol que no tienen representantes actuales, porque se extinguieron junto con los dinosaurios hace unos 65 millones de años, pero que en realidad son parientes de pulpos y calamares. Su descendiente más cercano es el nautilus. De distribución mundial, varían entre unos pocos milímetros y dos metros de diámetro, aunque los hallados en nuestro país no superan el metro. A diferencia de los dinosaurios, que se depositaron en rocas terrestres, los amonoideos se depositaron en rocas del fondo del mar.

"Probablemente los primeros registros de estos fósiles los hizo Darwin en 1835, mientras atravesaba la Cordillera, a 4000 o 5000 metros de altura -cuenta Aguirre-Urreta-, donde en la era Mesozoica había un mar."

Los amonites son un grupo que tiene distribución mundial, aunque cuando Aguirre-Urreta comenzó a investigarlos no se sabía mucho sobre los que habían existido en el hemisferio sur. "Durante un período muy largo, hubo muchísimas especies -precisa-. Vivían y nadaban en la columna de agua. Algunos, encontrados en la Antártida, tenían una conchilla muy bonita, nacarada. Nos sirven para saber la edad relativa de las rocas. Esto les dio un poco más de trascendencia, porque fueron...

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