El petrolão ya pone en riesgo el ajuste de Dilma y su alianza de gobierno

RÍO DE JANEIRO.- El inicio de las investigaciones sobre los políticos presuntamente involucrados en el ya produjo ayer las primeras fisuras en la coalición gobernante de Brasil y puso en riesgo el programa de ajuste de la presidenta para recuperar la confianza en la alicaída economía del gigante sudamericano.

Luego de que fuentes del gobierno filtraron ayer a la prensa que en la nómina presentada en sigilo por el procurador general de la república, Rodrigo Janot, al Supremo Tribunal Federal (STF) estaban los nombres de los presidentes de ambas cámaras del Congreso, Eduardo Cunha (Diputados) y Renan Calheiros (Senado) -los dos miembros del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal aliado del oficialista Partido de los Trabajadores (PT)-, los líderes parlamentarios reaccionaron con fuertes demostraciones de su poder.

Calheiros rechazó el decreto provisional que Rousseff había enviado al Senado para levantar la exención de nómina salarial que ella misma había impulsado en 2011, y cuya anulación hoy es vista como una pieza clave del programa de recortes que busca implementar el equipo del nuevo ministro de Economía, Joaquim Levy, para poner en orden las cuentas públicas.

La mandataria no se quedó atrás y reenvió el mismo texto a la Cámara de Diputados, pero como proyecto de ley con carácter de urgencia.

Sin embargo, allí, Cunha advirtió que los legisladores se tomarán todo el tiempo que sea necesario para estudiar la iniciativa y, en un mensaje directo al Palacio del Planalto por la filtración de los primeros nombres de la "lista maldita", advirtió: "Que se investigue a todo aquel que quieran. Pero espero que no sean investigaciones de naturaleza política".

La pulseada entre Dilma y los líderes congresistas fue interpretada por los mercados como una declaración de guerra entre el PT y el PMDB. Los analistas financieros dudan ahora que el gobierno cuente con el apoyo suficiente para llevar adelante su plan de ajuste. Como consecuencia, el dólar aceleró ayer su apreciación frente al real y, luego de pasar por unas horas el límite psicológico de 3 reales por unidad, la moneda brasileña cerró el día con una devaluación de casi un 2%, a 2,98 reales por dólar, su nivel más bajo desde agosto de 2004. En tanto, la Bolsa de San Pablo sufrió una caída de 1,63%, principalmente empujada por el desplome de las acciones de Petrobras, que se depreciaron más de un 3%.

Si bien entre las filas del PMDB se cree que desde el gobierno se buscó...

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