Parte del aire

Fito Páez es uno de esos artistas argentinos que han dejado cientos de frases colgadas en el inconsciente colectivo nacional y popular, expuestas en composiciones y también en titulares de diarios y revistas. Una de ellas es esa que reza: "Yo puse las canciones en tu walkman ". Aunque habría que agregar que también las colgó de las tribunas futboleras, del cine y ahora hasta suenan en tu celular. Sí, se podría decir que son parte del aire.En esa afirmación parece haberse apoyado la gira XX años - El amor después del amor, que el viernes bajó el telón en el estadio Luna Park, diez días después de haber celebrado su medio siglo de vida y a horas nomás de sufrir la muerte de su querido amigo y maestro Gerardo Gandini. Fue sin dudas una noche especial, en la que Fito volvió a unir las puntas de un mismo lazo. Y se fue tranquilo, despacio, después de haber dado todo y recibido algo; algo que, seguramente, le haya aliviado un poco nomás.Una noche especial la del viernes para Páez. Allí en el Luna Park -estadio que visita periódicamente desde 1985, cuando presentó su segundo álbum, Giros- y ante un público fanatizado que desde hacía varias semanas había agotado las localidades -por eso agregó un show más, para el 21 de abril-, el músico rosarino volvió a meterse en esa suerte de túnel del tiempo con forma de recital.El amor después del amor, de principio a fin, con todas esas canciones pop casi perfectas, acompañadas por imágenes y voces que son testigos fieles del paso de los años: el recuerdo de los que se fueron (Luis Alberto Spinetta, Mercedes Sosa), de los amigos que andan dando vueltas en el aire (Charly García, Andrés Calamaro, Fabiana Cantilo) y también del Páez que fue y ya no será, ese que aparece en las pantallas del fondo desde los videos de la época, a los 30 años, con el pelo largo y la nariz también.Una noche especial la del viernes para Páez, quien horas antes de subir al escenario se enteró del fallecimiento de Gandini. Quizá por ello cada uno de sus enrevesados giros pianísticos sonaron a tributo. Porque si Charly García fue su guía en el rock allá por los años 80, en las últimas dos décadas fueron las lecciones del maestro erudito las que le marcaron el camino artístico.Así, composiciones como "La Verónica", "Pétalo de sal", "Un vestido y un amor", "Tumbas de la gloria" y "Creo", elevaron la sensibilidad atmosférica a niveles lacrimógenos. "El amor después del amor", "La rueda mágica", "Brillante sobre el mic" y "A rodar mi vida"...

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