Si las palabras fueran energía eólica ...

AutorAgustín Gordillo
Páginas35-40

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El presente artículo fue originariamente publicado en LL 2004-C-1557, y debido a la candente actualidad de la problemática fue escogido para su reproducción en el presente.

1. La actualidad y algunos futuribles

... No habría crisis energética en el mundo. Falta sólo el salto tecnológico por el cual la voz humana de las multitudes vociferando contra la globalización, la privatización, la desregulación, los EE.UU., y lo que más fuere, pueda solucionar el problema de las fuentes renovables y no renovables de energía.

Si además el aire caliente de la palabra escrita pudiera también ser transformado en energía (energía mental al menos lo es), ya sobraría energía en el mundo, y la crisis sería de superproducción energética, no de insuficiencia de energía. Si asimismo se pudiera almacenar para el futuro, nuestras siguientes generaciones no tendrían ya que preocuparse del tema, ni nosotros por ellas. Muchas cosas del presente las solucionaron inventos del pasado, como la maravilla de la imprenta y la libertad de expresión del pensamiento, la Internet y tantas otras cosas.

A lo mejor quienes están hoy vociferando en el mundo, de palabra y por escrito, están protagonizando un cambio épico en la historia de la civilización. No el que ellos piensan, tal vez, pero sí el que actúan con el movimiento del aire producto del esfuerzo de sus propias fuerzas vocales, de su propia energía, que sólo falta inventar cómo aprovechar y almacenar.

2. El dilema histórico de esta etapa de transición

Mientras ellos continúan con su heroico esfuerzo a la espera del cambio tecnológico que ya llegará pero aún no llegó, detengámonos un momento en el presente.

Falta electricidad, falta gas, falta petróleo, empieza a faltar el agua (que ya se descubrió cómo transformar en energía, y que se almacenaba en represas hoy semivacías).

Aprovechar la energía eólica todavía es caro e insuficiente, lo mismo que es caro e insuficiente aprovechar la energía solar o la fuerza de las mareas o la ley de la gravedad. Page 36

Pero no desesperemos: tratemos sólo de pensar cómo llegamos hasta ese momento, pues hasta ahora la inventiva humana ha venido solucionando la mayor parte de los problemas creados por el hombre sobre la faz de la Tierra.

No cabe pues desesperar que este problema humano de la insuficiente energía barata no sea finalmente resuelto. El problema actual es entonces sólo como superar la brecha tecnológica que nos falta para llegar hasta ese momento.

3. Las opciones de siempre

Una forma es la intervención del Estado en la producción de energía, por ejemplo monopolizando toda producción energética, de modo tal que los esfuerzos de la sociedad se concentren en un solo punto de máximo aporte y máxima generación de energía.

Era el sueño socialista de hace algo más de un siglo y el sueño de hace medio siglo de todo lo que nos enseñaron en su momento los economistas del desarrollo...

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