Ordenanza n° 3.689/17391/07

EmisorMunicipalidad de Capital
Fecha de la disposición27 de Abril de 0007

ORDENANZA Nº 3.689/17391/07 Declarando a las Acequias de la Ciudad de Mendoza como Patrimonio Cultural.Visto: El Expte. Mpal. Nº 03215-I-07 (H.C.D. Nº 008-D-07), caratulado: "Expte. Nº 008-D-07: Intendencia Municipal- e/Proyecto Ordenanza Ref. Acequias de la Cdad. - Propuesta de U.N.C."; yCONSIDERANDO:Que debe tenerse en cuenta la normativa vigente referente a las acequias de la Ciudad y la propuesta presentada al Departamento Ejecutivo por la Universidad Nacional de Cuyo.Que las acequias constituyen un rasgo indisoluble e inconfundible del paisaje mendocino, y se constituyen en un atractivo turístico.Que ellas cumplen una función importantísima, ya que son el principal medio para regar el arbolado de nuestras calles, el césped y la vegetación de las plazas. Asimismo, evacuan el agua de lluvia hacia los canales y zanjones, impidiendo inundaciones.Que la red de riego, por su importancia, es reconocida dentro y fuera del país y otorga a la Ciudad de Mendoza el carácter de Ciudad Oasis que la distingue de otras ciudades y asombra a los visitantes.Que las acequias se han constituido, de esta manera, en un elemento del paisaje urbano que individualiza y diferencia a Mendoza de otras ciudades.Que las acequias cumplen una doble función: por un lado el de un medio riego y desagüe de las lluvias y, por el otro, el de caracterizar a la Ciudad como un lugar único que deleita a los turistas.Que la importancia de las acequias ha sido objeto de estudios científicos sobre irrigación y también ha sido recordada por los vates en poemas y canciones.Que sus orígenes se remontan a los primeros habitantes de Mendoza, los indios Huarpes, sobre los cuales el Prof. Jorge Scalvini dice en "Historia de Mendoza, Primitivos Habitantes de Mendoza": "Los pueblos sedentarios han practicado el cultivo del suelo. La tierra demora en ofrecer sus frutos y quienes la trabajan deben esperar. Los Huarpes, indios sedentarios como hemos visto, conocieron, aunque de manera rudimentaria, el trabajo de la tierra. Las acequias o canales mendocinos, construidas según tradiciones por los Incas, han servido desde lejanos tiempos a la irrigación. Las Actas Capitulares de Mendoza de 1566 hacen referencia a la acequia de Allalme, la acequia de Guaymallén, y la de Tobar o Tabalqué, nombres de tres caciques de la época de la conquista española. Cada una de estas acequias han pertenecido a una parcialidad huarpe distinta, regada separadamente".Que las acequias son, entonces, un testimonio viviente de la...

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