La obscena intimidad del cuerpo real de una mujer

Elena Perminova posteó las fotos y la reacción fue inmediata. Rápidamente, las críticas se hicieron sentir: la supermodelo rusa, de 28 años, quiso mostrar cómo había recuperado su figura en dos meses luego de dar a luz a su tercer hijo y por cesárea. Las fotos son dos; el rostro, el mismo: el cuerpo es el que cambia, en una metamorfosis sorprendente. A la izquierda, de perfil, la rubia Elena se cubre los pechos y mira a cámara mientras exhibe un embarazo avanzado. A la derecha, también de perfil, la rubia Elena se cubre los pechos y exhibe una panza chata y una figura escultural, todo gracias al fitness, dice ella. El foco de la polémica estuvo puesto en la angustia que este tipo de imágenes puede provocar en las mujeres que no consiguen recuperarse ni tan rápido ni de esta manera luego de parir. O sea, en la inmensa mayoría de las mujeres. Elena Perminova es joven y está acostumbrada a hacer ejercicio, su piel es elástica y dotada. Tiene el dinero necesario para entregarse a tratamientos que suelen ser carísimos. Vive de su cuerpo; el trabajo sobre su figura forma parte de sus prácticas habituales. No es lo que pasa con la mayoría que, además, deben ocuparse de las tareas de la casa, de la atención de los chicos y de regresar al trabajo cuanto antes para no perder parte del salario indispensable para mantener el hogar.

La rubia Elena nació en un hogar humilde de Siberia; a los 9 años se tiñó el pelo de azul y a los 16 cayó presa por vender éxtasis en una discoteca. Logró salir de prisión luego de colaborar con la policía en la búsqueda de la banda para la que trabajaba. Elena es endemoniadamente hermosa, es modelo, tiene un cuerpo alucinante y un par de piernas largas, torneadas, perfectas. Mide 1,80 y las casas de moda más importantes del mundo se la disputan. Está casada con Alexander Lebedev, un empresario ruso y ex miembro de la KGB de 55 años, un multimillonario dueño de varios diarios ingleses (Evening Standard y The Independent, entre otros) y de Novaya Gazeta, publicación rusa opositora en la que escribía la periodista Anna Politkovskaya, asesinada por sicarios en octubre de 2006, en el ascensor del edificio donde vivía, en Moscú. Lebedev, quien era conocido del padre de Elena, fue quien la ayudó a salir de prisión, pese a la condena inicial de seis años. Desde entonces, es su héroe y el hombre de su vida. La fortuna de Lebedev es enorme, lo que a ella le permite vivir alternativamente en Londres, en Moscú y también en un palacete...

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