Volvió Neruda para cantar una verdad

De todo se aprende. La cadena nacional del martes, una entrega que incluyó a , nos enseñó varias cosas. Primero, que las palabras tienen vida propia y suelen hacernos decir lo que no queremos. Luego, que nadie puede ejercer un control absoluto sobre la performance de un verdadero artista."Se llevaron el oro, se llevaron la plata, se llevaron todo. Nos dejaron las palabras", recitó el actor Pepe Soriano ante un auditorio en el que se destacaba la , flanqueada a su derecha por el vicepresidente, , que no perdió la sonrisa. Se aclaró que aquel recitado, en adaptación libre, pertenecía a la pluma de Pablo Neruda. Como siempre hay algún despistado, debió haberse aclarado también que el poeta chileno se refería a los conquistadores españoles que, cinco siglos atrás, nos legaron el idioma. Cualquier semejanza con el presente, entonces, es mera coincidencia.Pero vaya si hay semejanzas. Como aquellos conquistadores, el kirchnerismo también dejará un rastro de palabras. Fenómeno discursivo al fin, la palabra ha sido su campo de batalla y su arma principal. El de Cristina sobre todo es un gobierno semántico. No debería sorprender entonces que ese show variopinto inaugurara en Tecnópolis nada menos que el Encuentro Federal de la Palabra. Casi un acto de justicia por los servicios prestados.La palabra puede develar, pero también ocultar. Todo depende de cómo se la usa. En la "década ganada", el poder la malversó con fines perversos. Así, en lugar de tenderla como puente entre los hombres, la erigió en muro que divide. En vez de servirse de ella para esclarecer, para alcanzar el entendimiento, la usó como instrumento de engaño. Pero las palabras prevalecen. No se dejan atrapar por políticos en temporada de caza ni por congresos que quieren domesticarlas. A la larga, se rebelan contra los que pretenden vaciarlas en provecho propio. Dicen su verdad. Por eso, cuando escuché el breve recitado de Pepe Soriano, experimenté la satisfacción de una íntima victoria.Quizá se pueda entender al kirchnerismo en el contexto de la degradación de la palabra que se verifica a nivel global. En un mundo que ya no entiende a la cultura como llave para la construcción de la persona e incluso de LA NACION, la palabra ha perdido peso específico y es objeto de consumo que se usa y descarta en función de fines cada vez más mezquinos. Los políticos que se aprovechan de esto suelen resultar los más exitosos. Abundan en la escena local. Los hay dentro del oficialismo, pero también afuera.Si en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR