El negro en el fútbol brasileño

RÍO DE JANEIRO.- No vi su foto en el maravilloso Museo de Fútbol del Pacaembú. Pero Miguel do Carmo es señalado por muchos como el primer futbolista negro del país. Debutó en 1900 en Ponte Preta, con apenas 15 años. Había nacido en 1885, tres años antes de que Brasil se convirtiera en el último país americano que abolía la esclavitud. Brasil había sido el mayor importador de esclavos. Seis veces más que Estados Unidos. Cerca de tres millones y medio, muchos de ellos procedentes de lo que hoy es Nigeria, nuevo rival de la Argentina. En Porto Alegre, sede del partido de hoy a las 13, la esclavitud había sido abolida cuatro años antes. Los esclavos eran casi un tercio de la población. Ya en 1883 Aquiles José Gomes Porto-Alegre afirmó que su diario, Jornal do Commercio, no publicaría más "denuncias de fugas" o de "comercio" de esclavos. Algunas décadas después, cracks como Carlos Alberto, mulato hijo de un fotógrafo y jugador en 1926 del entonces aristocrático Fluminense, aclaraba su piel con arroz antes de salir al campo. Y el goleador Arthur Friedenreich, hijo de un inmigrante alemán y una negra brasileña, figura del Sudamericano de 1919, se ponía brillantina y una toalla mojada a modo de turbante para alisar el cabello mota.Ponte Preta busca documentos oficiales para que la FIFA lo reconozca como primer club que practicó democracia racial en Brasil. Fundado en 1900 por blancos, negros y mulatos, Ponte Preta (Puente Negro, porque había uno cerca de la cancha) afirma que Do Carmo, un ferroviario que vivía en la Rua Abolicao, debutó ese mismo año, cinco antes que Bangú alistara a Francisco Carregal. Y que luego se sumaron más negros al equipo, también mucho antes de que Vasco da Gama desafiara a todos y alistara jugadores negros en 1923. Su hinchada de base obrera asume hoy con orgullo el apodo de "macaca", porque los rivales se burlaban décadas atrás diciendo que los hinchas eran "macacos" y el equipo una "macacada".Campinas, la región de San Pablo donde fue fundado el club, explotó esclavos en plantaciones de café y azúcar, con 18 horas diarias de trabajo, mujeres abusadas y rezo nocturno supervisado por la Iglesia. Viejos tiempos de lo que algunos llamaban "Campinas uber alles", por las pretensiones de riqueza blanca y europea de las élites. Pasaron casi dos siglos. Pero jugadores de Ponte Preta denunciaron insultos racistas cuando el año pasado perdieron la final de la Copa Sudamericana ante Lanús. Su capitán Roberto imitó a un mono al celebrar un gol años...

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