Sin Messi, los números del seleccionado son cada vez más negativos

De no mediar una apelación fructífera, que permita reducir la sanción de cuatro partidos, el seleccionado tiene que hacerse a la idea de que casi no contará con Lionel Messi para conseguir la clasificación para el Mundial. Su reaparición sería en la última fecha, ante Ecuador en Quito, cuando buena parte de la suerte de la Argentina ya esté echada.

No sólo hace falta que Edgardo Bauza aclare sus ideas y el equipo encuentre el rumbo futbolístico. También será necesario un cuerpo de letrados competentes para atenuar una suspensión que cae como una pesada hipoteca sobre las posibilidades de ir a Rusia.

Si se repasan los números de estas eliminatorias, da vértigo saber el desafío que espera al seleccionado sin el concurso de su mejor individualidad. Justo en el momento en que su presencia es poco menos que imprescindible.

La cosecha sin Messi en esta clasificación es magra, escuálida. Apenas se consiguió el 29 por ciento de los puntos, producto de un triunfo, cuatro empates y tres derrotas.

Es más lo que estuvo afuera (ocho partidos) que adentro (seis). El exabrupto al juez asistente brasileño lo saca de la cancha como antes lo hicieron las lesiones. En el comienzo de las eliminatorias, en octubre de 2015, Gerardo Martino no contó con él por la rotura en el ligamento colateral interno de la rodilla que sufrió jugando para Barcelona. Y el debut del seleccionado fue torcido, con la primera derrota en la historia como local frente a Ecuador. A los cinco días, se rescató un laborioso y sufrido empate en Asunción contra el Paraguay que todavía dirigía Ramón Díaz.

No llegó a tiempo con la recuperación para reaparecer en la segunda ventana del fixture. Se empató 1 a 1 con un Brasil que, para beneficio de la Argentina, languidecía con Dunga, todavía estaba lejos de convertirse en el expreso que conduce Tite. A la semana siguiente, el seleccionado tuvo el mejor nivel que se le conoce sin Messi en el 1-0 a Colombia en la calurosa Barranquilla. Fue un equipo compacto, con carácter y un sentido colectivo que lo puso a salvo de la dependencia de su figura. La actuación fue una excepción.

Tras la renuncia de Martino, regresó a la formación en el debut de Bauza contra Uruguay. Hizo el gol del triunfo y también ejerció de líder con la pelota cuando hubo que aguantar el segundo tiempo con uno menos por la expulsión de Dybala. El esfuerzo recrudeció el dolor que traía en el pubis y fue eximido del encuentro siguiente...

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