Luciana Aymar: 'Necesito estar dentro de una cancha'

ROSARIO.– Habría que tomarse el trabajo de confeccionar un lista con la cantidad de Leonas que hubo desde que este seleccionado explotó deportiva y mediáticamente, allá por los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Sería una nómina muy profusa, con varias chicas que incluso ya escaparon de la memoria popular. Pero ese listado mantendría una constante con nombre y apellido: Luciana Paula Aymar. Pasan las generaciones y la rosarina siempre dice presente, incluso cuando ella misma parece hacer flamear la bandera blanca de "me rindo", luego de tantas batallas ganadas. Su último adiós a las Leonas pudo haber sido tras la final perdida ante Holanda en los Juegos de Londres 2012. "Hoy sé que éste fue mi último partido", había jurado aquel 12 agosto, día de su cumpleaños N° 35, con la medalla plateada colgada en el cuello. Sin embargo, seis meses después, se regaló una vida más en el hockey, como si fuese un videojuego de nunca acabar.En verdad, que quiera seguir prolongando su leyenda en la cancha sintética no es un capricho: se sustenta en su intacta capacidad para alumbrar magia con la pelota, tal como lo demostró en los primeros partidos de esta serie con Nueva Zelanda en el estadio Mundialista. Sobre todo en el encuentro inaugural, cuando lució con el mismo brillo que la transformó en la Mejor Jugadora del Mundo FIH durante siete temporadas. Además, sus registros físicos siguen figurando en sintonía con el resto de sus compañeras –algunas 15 años menores que ella–; sólo falta que recupere potencia aeróbica para que vuelva a funcionar en alta intensidad, como en su momento de esplendor. Igual, los 17 sprints que logró en el segundo test fueron una grata noticia para el cuerpo técnico encabezado por Marcelo Garraffo.Lucha se siente aquí como en el jardín de su casa, con su pantaloncito azul del seleccionado, las zapatillas rosas, el palo del mismo color y la vista panorámica de su ciudad natal desde el hotel de la concentración. Sigue riéndose con el desparpajo y la inocencia de sus primeros días, aunque claro: su experiencia le brinda una visión periférica de lo que es hoy el hockey argentino como ninguna otra leona. Hay una palabra que es recurrente, va y viene en la charla como un concepto a la deriva, sin un rumbo definido: ¿Y el retiro? "Siempre me piden fechas de mi retiro, pero no las sé", asegura.–Después de la forma en que jugaste en el 1er partido ante Nueva Zelanda, ¿te dijiste en tu interior "Qué suerte que no me retiré"?—Yo misma me sorprendí por mi...

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