Intervención federal durante la presidencia de Néstor Kirchner 2004

AutorAlfredo Vítolo
Páginas653-664

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Para tener una idea clara de cómo y en qué condiciones y con qué limitaciones llega el Dr. Kirchner a la presidencia de la Nación, es necesario recordar cómo termina su gestión el presidente De la Rúa. Por vencimiento del mandato presidencial que por diez años había ejercido el Dr. Carlos Menem, el 10 de diciembre de 1999 asumió la Presidencia de la Nación el Dr. Fernando de la Rúa. Había sido electo en los comicios celebrados en octubre de ese año, en los que se presentó como candidato de la Alianza política conformada por la Unión Cívica Radical y el Frepaso, la que derrotó al frente político que tenía como eje al Partido Justicialista y como candidato al Dr. Eduardo Duhalde.

La realidad con la que se encontró el presidente De la Rúa, especialmente en los aspectos económicos, era mucho más grave que la que informaban los mandatarios salientes. Existía una deuda pública muy superior a la que consignaban las estadísticas oficiales, había crecido significativamente la desocupación, el déficit de la administración era muy importante y existían muchas obligaciones pendientes. El Presidente, por temor Page 654 a enfrentar desde el comienzo de la gestión una crisis que tuviese un alto costo político, prefirió no decir la verdad y continuar en líneas generales con la política económica seguida hasta entonces y que tenía como eje central el régimen de convertibilidad de la moneda sobre la base de una relación de cambio igual a un dólar - un peso.

Lo señalado determinó que la situación, lejos de comenzar a resolverse, se fuese agravando, lo que obligó a contraer nuevas deudas en el exterior, reprogramar algunos pagos comprometidos y, fundamentalmente, rebajar los sueldos de los funcionarios y empleados de la administración pública, lo que generó un fuerte reclamo de los mismos.

El gobierno del Dr. De la Rúa comenzó a perder consenso popular aceleradamente, lo que quedó definitivamente evidenciado en las elecciones legislativas de ese año en las que el Gobierno fue derrotado totalmente. La crisis culminó con la renuncia del Vicepresidente de la Nación y representante del Frepaso en la alianza política gobernante, Dr. Carlos Álvarez, que cuestionó algunos comportamientos de miembros del Senado Nacional que aparentemente habían participado en una maniobra dolosa para votar una ley que requería el Poder Ejecutivo. A partir de ese hecho, el deterioro político del Gobierno se hizo más evidente, repercutiendo negativamente en los aspectos económicos.

La situación se agravó por la continuación de la misma línea política y económica, la que originó la renuncia del ministro de Economía Dr. Machinea y su reemplazo por el autor original de la convertibilidad, Dr. Domingo Cavallo, a quien se consideraba en condiciones de ordenar la situación.

Al cerrarse definitivamente el crédito internacional, el Gobierno debió apelar a lo que se llamó "política del déficit cero", que consistía en sólo gastar lo que se recaudaba impositivamente y que era totalmente insuficiente para mantener un Page 655 funcionamiento normal de la administración pública. Las consecuencias de esa política fueron desastrosas y la crisis se generalizó. Una vez más el Gobierno se equivocó en las soluciones que instrumentó ya que, en vez de una ordenada salida de la convertibilidad y una reprogramación de la deuda pública y las cuentas fiscales, se optó por la paralización de las operaciones financieras y la bancarización obligada de los fondos depositados en los bancos, situación que culminó con la apropiación de los depósitos bancarios de los ahorristas financieros.

La situación terminó de descontrolarse totalmente y se generó un vacío de poder que terminó con la pública manifestación en las calles de los ahorristas, preferentemente integrantes de la clase media, que veían diluir sus reservas dinerarias sin certeza de saber cómo terminaba ese proceso.

Apareció un nuevo sistema de protesta y repudio al Gobierno a través de lo que se llamó "el cacerolazo", realizado por los perjudicados, entre los que seguramente se infiltraron algunos activistas que contaron con protección política de los intendentes justicialistas del Gran Buenos Aires y la pasividad policial, que originaron un gran desorden público y actos de vandalismo.

Cuando la situación se hizo insostenible y el reclamo popular se generalizó, el 19 de diciembre de 2001 el Gobierno nacional dio la orden de represión a quienes ocupaban la Plaza de Mayo y amenazaban con ingresar a la Casa Rosada. La represión fue violenta y arrojó numerosos muertos y heridos, haciéndose muy difícil la situación del Presidente que...

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