Los indignados del mundo, divididos y desgastados

MADRID.- La indignación es un ejercicio agotador. http://www.lanacion.com.ar/1473510-con-un-gran-cacelorazo-culmina-la-reunion-de-los-indignados-de-espanade Túnez a Egipto, de Moscú a Wall Street..., http://www.lanacion.com.ar/1593336-intentan-incendiar-la-alcaidia-de-san-pablo-y-dilma-rousseff-viaja-de-urgenciaque sorprendieron al mundo en los últimos años experimentan el desgaste de la militancia sin liderazgos y la angustia de ver cómo sus triunfos terminan tan a menudo en nuevas frustraciones.El fuego de Turquía y ahora de Brasil volvió a encender sus esperanzas, reflejadas en una inundación de mensajes en las redes sociales y manifestaciones de solidaridad aquí y allá. Pero el sueño de la revolución ciudadana sin violencia que los unió corre riesgo de convertirse en sólo un eslogan gastado.El peso del tiempo se nota entre los jóvenes españoles del 15-M, la asamblea que sirvió como modelo global de las revueltas antisistema cuando tomó durante casi un mes la Puerta del Sol, en el corazón de Madrid. Atomizados en más de 60 agrupaciones, sus protestas hoy son infinitas pero poco visibles y les cuesta demasiado recobrar el espíritu de rebeldía.Los problemas siguen ahí: el desempleo juvenil -principal mecha de aquel estallido- creció del 45 al 57% desde 2011, y los dos partidos tradicionales siguen monopolizando la política. Las medidas de ajuste no cesan y los casos de corrupción siguen siendo un rasgo dominante de la agenda pública.La plataforma Democracia Real Ya (DRY), principal impulsora del 15-M, acaba de partirse porque una de sus facciones decidió involucrarse en la política activa. El divorcio fue traumático: unos se quedaron con la página de Facebook; los otros, con la cuenta de Twitter. Algunos de los indignados originales ya se sumaron a la política parlamentaria, como Alberto Garzón, un tweetstar que entró en el Congreso por Izquierda Unida.Hay analistas que imaginan como posible candidata en el futuro a la referente de las protestas antidesalojos Ada Colau. Pero, en general, pasado el terremoto inicial, el sistema político español cree muy contenida la amenaza de los indignados.El dilema de las divisiones cruza también a otros grupos europeos que se formaron a...

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