Las indicaciones de Francisco y Bachelet

El ocaso del kirchnerismo es un disparador de reflexiones, si la actitud es abierta y desprejuiciada. No se trata de un derrumbe. Es, al contrario, un lento proceso de declinación que, seguramente, concluirá con la entrega normal del mando al próximo presidente. Para frustración de los opositores de mala fe, este declive tiene, sin embargo, destellos de lucidez y algunas afinidades que no pueden soslayarse. Tal vez no sean sólo ambivalencias crepusculares las que envuelven a Cristina, sino pistas a indagar, más allá de la chatura de nuestra actualidad. Acaso detrás de los claroscuros se encuentren claves para entender el futuro próximo.

Llamo destellos de lucidez a las medidas de política macroeconómica adoptadas por el Gobierno. Ellas permitieron, al menos y por ahora, frenar la pérdida de reservas, anclar el dólar y aquietar las expectativas inflacionarias. A esto hay que sumar el sinceramiento del Indec, los intentos de enmendar desprolijidades internacionales, y gestos de distensión hacia la oposición. Es difícil saber si estas actitudes responden a la madurez o a la necesidad desesperada de dólares, pero más allá de eso, le otorgan al país un mínimo de racionalidad que augura una transición más estable.

Dos viajes presidenciales ponen un marco a este presunto giro a la sensatez. Cristina, de paso a Francia, almorzará esta semana con el papa , quien, con actitud pastoral, pide que se la ayude. Antes estuvo en Chile confraternizando con , la presidenta que habló, en su discurso inaugural, de la necesidad de mayor bienestar para "todas y todos". Tal vez, Francisco y Bachelet, ocasionales anfitriones de , ofrezcan indicios del porvenir. Ambos poseen con nuestra presidenta afinidades de orientación, y ambos comparten con ella, y con otros líderes contemporáneos, un rasgo sintomático: la apelación al pueblo y a la justicia distributiva como fuente última de legitimidad. Sin embargo, los diferencia una circunstancia: Francisco y Michelle están en el apogeo, Cristina se desbarranca.

Guardando las distancias, porque el Papa es un líder espiritual y Bachelet una política, se pueden encontrar en sus mensajes sugerentes indicaciones. En la exhortación apostólica , Francisco lanza, en línea con la doctrina social de la Iglesia pero con énfasis inédito, una lapidaria crítica al neoliberalismo. Afirma que la teoría del derrame es funesta y que la exclusión mata. Condena el consumismo y la indiferencia hacia los pobres. Y vincula el delito con la...

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