Impuesto a las ganancias: una carga cada vez más distorsiva

Un descuento salarial que equivale a un porcentaje mucho mayor al que representaba un tiempo atrás, aun cuando la capacidad de compra del ingreso percibido haya, en rigor, disminuido. Una contribución al fisco que hay quienes deben hacer y quienes quedan liberados, aun cuando algunos de los de este segundo grupo lleven a sus bolsillos más dinero que algunos de los que sí tributan.

Principal razón expuesta para el paro de actividades que protagonizaron varios gremios el martes último, el impuesto a las ganancias que pesa sobre un grupo de trabajadores quedó enredado en una serie de distorsiones. La raíz de todo, claro, está en la inflación.

Como los precios suben, se busca que los salarios acompañen con incrementos nominales; entonces, al no modificarse los números del esquema que define quiénes y cuánto pagan de impuesto, el efecto es lógico: se reciben salarios que tienen un valor real igual o inferior al de antes del ajuste, pero la incidencia de Ganancias es muy superior. Cuán superior, es algo que depende de cada caso. Un ejemplo aportado por el Ieral para un asalariado sin cargas de familia que en 2013 tenía un salario bruto promedio levemente por encima de $ 15.000 indica que en ese año el impuesto significó 6% del sueldo. Si se supone que ese ingreso se ajustó y mantuvo el poder adquisitivo al año siguiente, y que lo mismo ocurre ahora, en 2015, entonces el peso de la carga fiscal fue de 9% en 2014 y-de no haber cambios este año- llegará a 16% en 2015 (para el ejercicio se usaron las estimaciones de inflación de consultoras privadas).

Una causa de ese salto en el grado de incidencia es que, por un efecto de la última modificación que decidió el Gobierno (un decreto de 2013), el esquema perdió progresividad; cobrar $ 25.000 o 100.000 por mes hoy puede significar estar gravado con la misma alícuota.

Con consultas a economistas y tributaristas, la nacion analizó cómo está hoy el impuesto y por qué llegó a convertirse en bandera política de muchos.

QUIÉNES PAGAN

Desde la vigencia del decreto 1242 de 2013 están alcanzados por Ganancias los asalariados y jubilados que entre enero y agosto de ese año tuvieron remuneraciones o haberes brutos superiores a los $ 15.000 por mes; y están al margen aquellos cuyos ingresos estaban por debajo de esa cifra, sin importar cuánto perciban ahora. Según la normativa, si una persona cambia de empleo, se le retiene o no el impuesto también según su remuneración de los primeros ocho meses de 2013 (en su...

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