Idus de Agosto 2008 en Argentina

AutorMirador Nacional
Recordemos

César tenía informaciones sobre la posible conjura para asesinarle, pero no podía demostrar miedo. Un adivino muy famoso en Roma de nombre Espurina, que se cruzó con César en el Foro le había dicho: “César, guárdate de los idus de marzo”.Su mujer, Calpurnia, había soñado esa misma noche que César sería asesinado y trató de impedir que ese día César acudiera a la sesión senatorial, convocada para tratar la guerra contra los partos, hacia la que partía César al día siguiente. En un gesto que denota a partes iguales chulería e imprudencia, despidió a sus lictores, que siempre le acompañaban para su protección personal y se encaminó andando sólo hacia la Curia Pompeyana, el lugar donde se reunía el Senado desde el incendio de la Curia Hostilia a la muerte de Clodio. En el camino se encontró con el adivino Espurina que le había dicho que se guardara de los idus de marzo y le dijo: - ¡Ya han llegado los idus de marzo y sigo vivo! - Sí, pero aún no han acabado. – contestó el adivino.

Sin control, el gasto aumentó 3500 millones de pesos

La Presidenta utiliza los superpoderes como Kirchner

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se ufana de no haber firmado nunca, en lo que va de su mandato, un decreto de necesidad y urgencia (DNU). Si bien esto es cierto, también es verdad que no necesitó de ese cuestionado instrumento para ampliar el actual presupuesto nacional y reasignar, como hizo hasta ahora, 3500 millones de pesos de manera discrecional y sin consentimiento previo del Congreso.

La Presidenta autorizó esta ampliación presupuestaria por medio de sucesivas decisiones administrativas firmadas por su jefe de Gabinete, atribución conferida por la polémica ley de superpoderes presupuestarios, que impulsó en 2006 quien la precedió en el cargo, su esposo, Néstor Kirchner.

Según figura en los últimos informes elaborados por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), la jefa del Estado autorizó dos decisiones administrativas de gran envergadura durante su incipiente gestión: por una de ellas se destinaron 2510 millones de pesos a distintas áreas, y la más beneficiada resultó ser el Ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio De Vido. En efecto, esa cartera recibió 2177 millones de pesos, recursos que se destinaron en buena parte a subsidios a la energía, transporte y ferrocarriles. En la otra decisión administrativa se destinaron 933 millones a la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuaria (Oncca), básicamente a subsidiar al sector alimentario.

¿De dónde se transfirieron estos recursos? En su mayor parte provinieron de una misma fuente: el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, que a su vez financia el Programa de Asistencia Financiera para las provincias (PAF). En definitiva, se distrajeron recursos financieros originalmente previstos para ayudar al interior con el fin de incrementar el monto de diversos subsidios.

En su primera conferencia de prensa en lo que va de su gestión, la mandataria enfatizó hace una semana que la cuestión de los superpoderes presupuestarios "es un tema absolutamente superado" y enfatizó que "el contralor de los fondos públicos es total y absoluto", control que, enfatizó, recae en la Auditoría General de la Nación (AGN) y el Congreso.

En rigor, ésta es una verdad a medias, pues la tarea de control se efectúa de manera tardía y condicionada. En efecto, el oficialismo goza de mayoría tanto en el colegio de auditores de la AGN como en la Comisión Mixta Revisora de Cuentas, que supervisa los presupuestos ya ejecutados. Esa comisión, que preside el kirchnerismo, lleva tres años de atraso pues hasta ahora sólo aprobó las cuentas de inversión (presupuesto ejecutado) hasta 2005.

La reasignación de recursos públicos sin mayor control y a total discreción del Poder Ejecutivo es el camino que trazó Néstor Kirchner y que ahora continúa su esposa, pese a que es el Congreso, por mandato constitucional, el que define el destino de las partidas presupuestarias. Hasta ahora, la Presidenta usó sólo decisiones administrativas para ese fin; este instrumento le permite cambiar de destino partidas calculadas en la ley de presupuesto. Todavía no echó mano a los DNU, una herramienta que el ex presidente Kirchner hizo uso y abuso para ampliar el presupuesto con la recaudación excedente, es decir, con recursos que no estaban presupuestados.

Esta recaudación excedente superó, en los cuatro años de gestión de Kirchner, los 60.000 millones de pesos. El ex presidente amplió y reasignó en el presupuesto ese dinero a su discreción en buena parte gracias a los decretos de necesidad y urgencia.

Para este año, el diputado Claudio Lozano (CTA) calcula que los excedentes presupuestarios alcanzarán los 26 mil millones de pesos. "Hasta ahora llevan insumiendo 8000 millones para afrontar los anuncios de aumento de jubilaciones y salarios. Se prevé que buena parte del resto se destine a subsidios al transporte y la energía", enfatizó.

Aerolíneas

Otra válvula de escape para los recursos públicos no presupuestados es Aerolíneas Argentinas. El jefe de bloque de diputados radicales, Oscar Aguad (Córdoba), denunció que entre el 1° de julio y el 6 del actual el Gobierno transfirió "indebidamente", más de 200 millones de pesos al grupo español Marsans, que hasta ahora controla ambas líneas aéreas.

"Este uso indebido de los recursos presupuestarios, amparado en los superpoderes, adquiere un cariz de gravedad institucional debido a que no sólo se asiste económicamente y sin control a una empresa extranjera privada sino que, además, se ridiculiza al Congreso", dijo el legislador.

En efecto, enfatizó Aguad, en el proyecto de ley de reestatización de Aerolíneas y Austral, hay un artículo que faculta a los organismos del Estado a financiar a ambas aerolíneas, aunque no se fija un monto ni un límite a esa transferencia de recursos.

"Aún no aprobamos ese artículo y ya están destinando 200 millones a las empresas sin control", sostuvo Aguad. Fuentes del gremio aeronáutico estiman que, debido al déficit operativo de las aerolíneas, demandarán 600 millones de pesos hasta fin de año.

Todos estos incrementos del presupuesto deberán ser oficializados, de alguna manera, por la Presidenta en el segundo semestre. Si insiste en no usar DNU cuenta con otra herramienta: solicitar su autorización al Congreso vía proyecto de ley. Este es el camino que marca la Constitución nacional.

El ex presidente Kirchner sólo optó por este camino una vez, en 2006. Pero recién envió la iniciativa al Congreso al finalizar ese año, cuando buena parte de las subas presupuestarias estaban ejecutadas.

En números

$ 2177 millones

Recibió el Ministerio de Planificación Federal para engrosar subsidios.

$ 933 millones

Se destinaron a la Oncca con el fin de subsidiar alimentos.

$ 74,5 millones

Fue la partida adicional que recibió, en junio, la Policía Federal.

$ 70 millones

Se destinaron como partida adicional a la Justicia para gastos de capital.

Los peores días económicos de los Kirchner

Quizá los Kirchner no podrán prescindir nunca de Guillermo Moreno y de Hugo Chávez. No lo podrán hacer en tanto se nieguen a aceptar con realismo que las cosas no andan bien. Y la virtual ausencia de un ministro de Economía obligó ayer al titular de Interior, Florencio Randazzo, a tener que afirmar públicamente que todo fue puro espejismo en la peor semana de la economía argentina en muchos años. El espejismo aqueja al Gobierno si se mira la caída de todos los números de la economía.

No hay, en rigor, vocación de cambio en el matrimonio presidencial, más allá de ciertos gestos mediáticos. Los gestos mediáticos, producto de puntuales consejos de asesores de imagen, se agotan en sí mismos cuando lo que no cambia es la política de fondo. Sergio Massa, por ejemplo, es un hombre amable en sus reuniones con gobernadores y legisladores, pero sus márgenes para resolver los problemas son casi nulos.

Incluso Moreno podría ser relevado por otro hombre, si algún día el Gobierno se notificara de su defunción política, pero tampoco ese reemplazo garantizaría una modificación de las políticas. El cambio de la política significaría el pago de altos costos para una dinastía gobernante que no quiere pagar precios políticos. La política reinante, así las cosas, se ha convertido en una especie de ratonera para los Kirchner.

¿Por qué? Cualquier otra política requeriría de modificaciones sustanciales en los índices económicos que embaucan a los Kirchner y en la despojada política de alianzas internacionales que tejieron. El Gobierno sigue convencido de que la inflación anual de la Argentina no ha llegado al 10 por ciento. Distintas y embrolladas cuentas de economistas privados sitúan la inflación anual, en cambio, entre el 24 y el 30 por ciento anual.

Esas vicisitudes de los números independientes se deben, sobre todo, a la destrucción del Indec. El Gobierno le cree al Indec. Estás leyendo mucho los diarios , suele decir la Presidenta a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR