La hinchada albiceleste se hizo sentir en un gran estadio

PRAGA (De un enviado especial).- Un escenario inmenso. Tribunas elevadas. Música de moda, con mucho ritmo. Pisos de acceso repletos de stands de comida rápida, pochoclos y bebidas (la cerveza, ganadora por goleada). Tranquilamente el O2 Arena, con su capacidad global para 18.000 espectadores, podría ser sede de un partido de la NBA, aunque usualmente alberga recitales o encuentros de hockey sobre hielo, deporte que enciende las pasiones por aquí. Pero ayer le tocó al tenis, algo más relegado en las preferencias.Aun cuando los checos son los actuales campeones de la Copa Davis, y no habían sido locales en todo este año, en el primer día de juego terminaron por convocar a 10.785 personas, según la organización. Pero, justo es reconocerlo, en el momento de comenzar la serie, el O2 se veía más que gigantesco por la poca gente que había. Si es por transporte, hay una estación de subte ubicada a menos de cien metros (Ceskomoravska), y por aquí transitan varias líneas de ómnibus, que también tienen sus terminales en esta parte de la ciudad.¿Una rareza? Hasta pocos minutos antes del comienzo de la ceremonia inaugural, Jaroslav Navratil, el capitán checo, estaba fuera del estadio, y no dudaba en tomar el tiempo necesario con los simpatizantes que buscaban sacarse una foto con él; a un costado del O2 Arena hay un enorme paseo de compras, con un patio en el que se invitaba a jugar al badminton...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR