El fuego amigo le hace estragos a Daniel Scioli

A Cristina Kirchner le cabe un chiste testamentario. El médico atiende a un viejo potentado que ha comenzado a usar un audífono invisible de última generación. ¿Le funciona el nuevo aparato?, pregunta su médico. "Es muy bueno", responde el paciente. ¿Y a su familia le gustó? "Todavía no se lo he dicho a nadie, doctor, pero ya cambié tres veces mi testamento." La Presidenta ha testado a favor de su heredero principal, pero cada semana escucha rumores sobre lo que piensa hacer con su patrimonio y entonces se le ponen los pelos de punta; llama al escribano, modifica las cláusulas y cancela favores, e introduce trampas en la letra chica. Es tarde para desheredarlo, pero a veces fantasea con ese drástico castigo. Y además, Cristina cree en la reencarnación, así que en su testamento tiende a dejarse todo a sí misma.

Diana Conti, que la presiente, actúa en consecuencia. "Que Cristina deje de ser presidenta no nos cambia nada", dijo estos días. Y Axel Kicillof aclaró sutilmente que Daniel Scioli no existe: "Nuestro candidato es el proyecto". El fuego amigo está haciéndole estragos al ex motonauta. Necesita disipar la idea de que habrá un doble comando, y el cristinismo no hace más que confirmarlo de todas las maneras posibles. Necesita despegarse de Cristina para captar el voto independiente, pero la patrona de Balcarce 50 quiere involucrarse en la campaña y quitarle protagonismo. Necesita encarnar la filosofía del papa Francisco, pero no puede evitar que gane la provincia de Buenos Aires el candidato que más aborrece Bergoglio: Aníbal, El Sospechoso. Necesita instalar la ocurrencia de que él representa la doctrina social de la Iglesia, pero la Universidad Católica Argentina sale a explicar que desde 2011, cuando Cristina agarró el timón de la economía, aumentó considerablemente la pobreza: hay 11 millones de pobres, casi cinco millones son menores de edad y más de un millón de niños están bajo la línea de la indigencia gracias al gran modelo de inclusión con crecimiento a tasas chinas. Scioli necesita también que la sensación económica sea primaveral, como le prometió Axel, pero resulta que es un invierno bochornoso a tiro de rayos y centellas. Necesita apoyarse en la liga de gobernadores para acorralar a La Cámpora, pero esos señores feudales espantan a la sociedad y producen escándalos de fraude y represión. Necesita que la oposición siga partida e inarticulada, pero los esperpentos de Alperovich y Manzur logran unir a todo el arco...

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