Tráfico de animales: el depredador silencioso que arrasa con la fauna

CORRIENTES.- En una casilla precaria, a 20 km de La Armonía, en las entrañas del Gran Chaco, Rubén G. reconoce que se adentra en las noches en el monte para cazar y alimentarse. Una mulita, un conejo de los palos, una comadreja son para él fuente de proteínas. Su cuerpo exhibe mordidas y picotazos de aves, producto de sus capturas. El resto de la fauna, viva o muerta, que extrae y que cede a acopiadores por pocos pesos supone su otra fuente de subsistencia marginal.Si bien su caso es extremo, aunque no aislado entre la indigencia del norte argentino, reservorio de la mayor biodiversidad del país, su accionar explica el primer eslabón de una "silenciada" e impune: el tráfico ilegal de especies silvestres amenazadas.Imposible de cuantificar por falta de estadísticas, los expertos, sin embargo, aseguran que la tasa de extracción es tan grande que diezma el patrimonio natural. Ese tráfico es señalado por Interpol como el ilícito que más dinero mueve en el mundo, detrás del tráfico de drogas y armas. Dónde lo ubica la Argentina es una incógnita, según coinciden ONG y dependencias gubernamentales. Aunque las mismas fuentes advierten que la alta complejidad de estos delitos, sancionados por la ley 22.421, de conservación de fauna silvestre, está emparentada con el tráfico de drogas y su abordaje debería combatirse con una metodología similar al de la trata de personas.El comercio ilegal está tan diversificado -dicen en la Fundación Vida Silvestre- que la captura de ejemplares vivos abastece a los mercados interno y foráneo para el mascotismo y a coleccionistas privados desvelados por las raras avis. También nutre el circuito de zoológicos clandestinos, provee de animales muertos a anticuarios, al mercado oriental de medicinas alternativas; aporta pieles y cueros de felinos y reptiles, y hasta reparte aves como flamencos, para ornamentación de canchas de golf y consorcios privados. "La operatoria legal de criaderos se mezcla con la ilegal", afirman en FVS.La trama oculta, que transita en clandestinidad por rutas, fronteras y puertos argentinos, culmina en el menudeo local, puntos de venta mayoristas, y en despachos que ingresan y parten camuflados hacia el exterior. En Buenos Aires, uno de los embudos del tráfico se produce en Zárate-Campana, donde abundan las fiscalizaciones de la Gendarmería y de la Dirección Nacional de Fauna (DNF).En los últimos 24 meses, la DNF incautó 6109 animales vivos; 2334 productos y subproductos de procedencia irregular...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR