Cómo evitar sorpresas poco gratas a fin de mes

Ese experto en tecnología nunca había sentido que era tan verdadera la frase "en casa de herrero, cuchillo de palo" como cuando recibió la factura mensual de los dos celulares de la familia, el suyo y el de su esposa. Las cuentas, que en total cada mes difícilmente superaban los 200 pesos, en esta oportunidad habían llegado exactamente al doble.La primera reacción, incredulidad. "Un error, sí, una inmensa equivocación de la compañía telefónica debe ser", pensó. Se puso a investigar las dos cuentas con detenimiento. Una era similar al monto que recibía todos los meses. Obviamente, la otra era de 300 pesos. "¿Qué pasó, hay llamadas de larga distancia a Ushuaia, a Eslovenia?", se preguntó. No, nada de eso. La factura lo decía: "Suscripción a juegos online". Un solo culpable a la vista: el hijo, de 11 años."¿Vos te suscribiste a unos jueguitos de celular?", le preguntó el padre al heredero. Su inmediata cara de total inocencia lo delataba. Él era el autor de la suba exponencial de la factura telefónica.El padre llamó a la operadora de la empresa telefónica y pidió la inmediata cancelación. Lo hicieron, pero la parte proporcional de lo transcurrido en ese mes también debería abonarla.Pero ese experto en tecnología había cometido varios errores, por lo que no cargó tanto las tintas sobre el menor. Primero, se había descuidado. "A mí no me puede pasar"...

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