Dolor de cabeza

Qué es el poder. En San Lorenzo, al menos, es una arena escurridiza entre las manos. Los días después de la salvación, de superar la Promoción luego de escapar del descenso directo por la drástica caída al vacío de Banfield, descubren la nueva, vieja realidad: el poder en San Lorenzo es un juego abierto. El presidente Carlos Abdo, desgastado en el tiempo, golpeado por varios desatinos, va a empezar las charlas con dirigentes, empresarios y allegados con un pedido de unidad, un plan de trabajo y, sobre todo, un ruego de ayuda económica para una entidad sin recursos. Los socios lo han votado hasta diciembre del año próximo, pero el empresario ya dio algunas señales de salida. El impulso del Ciclón en primera le dio este respiro: quiere ver las caras del día después, para saber si el club frena su divisionismo y si, desde afuera, resurge un rescate económico. Abdo, ahora, quiere seguir, pero entiende que el contexto le juega en contra. Los dirigentes, de adentro y de afuera, lo miran con recelo. Los empresarios, los que ofrecerían préstamos, preferirían otro escenario. Un nuevo escenario.Quién tiene el poder. En San Lorenzo, al menos, hay manos que se levantan y otras que se esconden. Abdo ofrece la cara, aun entre desaciertos, pero bien puede recibir una bofetada simbólica. Algún portazo. Si así fuese, si siente que su propio poder es minúsculo, apenas respaldado por algunos referentes del plantel, podría tomar la decisión que viene amagando desde hace un buen tiempo. Irse, para ser exactos. En ese caso, sin ser drásticos ni alarmistas, en el club hay un acuerdo de paz por tres meses, para el llamado a elecciones, en la que habría renovadas alianzas. Pocos, sin embargo, creen hoy en un abrupto final: entre otros puntos, porque éste es el momento de rearmar las piezas para el próximo torneo Inicial, cuando más adquisiciones se pueden hacer, con la certeza de que el promedio volverá a ser exiguo. Abdo lo sabe, pero ya no pretende destinar más plata al club, luego de los famosos 30 millones de pesos, sin destino claro.El poder es democrático. En San Lorenzo, al menos, no sólo lo ostenta el debilitado Abdo: Ricardo Caruso Lombardi, con la salvación, es uno de los hombres fuertes de la entidad. Al menos, por estas horas. Tiene contrato hasta junio del año próximo y ya empezó con su juego de persuasión: conversa con el empresario Marcelo Tinelli todos los días cambiando figuritas de renombre. El conductor de TV le sugiere estrellas y el polémico conductor le...

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