El dólar en movimiento: cómo puede impactar en la inflación y en la actividad

Desde fines del año pasado, el dólar volvió a ser noticia. Tras el salto en su cotización y con la nueva marca histórica alcanzada este mes, se abrieron interrogantes entre analistas, empresas y hasta pequeños ahorristas que volvieron a ver al billete verde como un refugio de valor. Mientras se mueve el tipo de cambio, y tras un 2017 marcado por el contexto electoral, el Gobierno apuesta a lograr un segundo año de crecimiento, al tiempo que la inflación se resiste a bajar.

El último gran catalizador en cuanto a la depreciación de la moneda local fue el anuncio de la recalibración de las metas de inflación anunciada por el equipo económico el 28 de diciembre y el consecuente relajamiento en la política monetaria, que llevó en enero a dos sucesivos recortes de 150 puntos básicos en la tasa de interés de referencia que fija el Banco Central (BCRA). En los últimos dos meses, el dólar minorista pasó de $17,87 (18 de diciembre) a $20,05 (cierre del viernes), una cifra que ya supera el valor promedio de la divisa estadounidense que el presupuesto 2018 previó para este año ($19,30).

"La demanda de dólares se incrementó en los últimos meses. Se combinaron factores estacionales y expectativas de baja de tasas y dolarización de carteras", analiza Irina Moroni, economista de la Fundación Capital, quien precisa que en un mes y medio el peso perdió 13% de su valor frente a la moneda estadounidense.

"El tipo de cambio venía atrasado y eso era algo que quería corregir el Gobierno. Pretenden una baja de tasas y una suba del dólar para tener una actividad más dinámica, aun con los riesgos de tener un poco más de inflación, como si fuera un tema manejable", sostiene Amilcar Collante, economista del Cesur, quien proyecta 19,5% de suba de precios para 2018. "La decisión de ser más gradualistas en la política monetaria fue clave. El Gobierno quería una tasa real más baja, para que no fuera algo tan nocivo para la actividad y para que se corrigiera el tipo de cambio real, que venía con un atraso significativo", añade Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina.

El cambio de escenario impactó en las proyecciones de analistas y consultoras. En el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que elabora el BCRA, se registró en febrero un alza de la inflación promedio esperada (19,4% para el año, frente a 17,4% estimado en el mes anterior). La proyección del valor del dólar, por su parte, se elevó de $20,40 a $21,70.

"Tras el salto y el reacomodamiento, el dólar parecería haber encontrado estabilización en el valor actual", plantea Miguel Kiguel, director de Econviews, quien prevé que el tipo de cambio se moverá acompañando a los precios, "pero no en forma continua" sino en "saltos por eventos externos o internos", tal como ocurrió en los dos años de gestión de Cambiemos (ver gráfico).

"La volatilidad es muy difícil de predecir. Un ruido externo puede hacerlo mover, pero el tipo de cambio con el esquema del gradualismo es estable y no se despega de la dinámica de la inflación. Mientras haya déficit fiscal y sea financiado con deuda, no veo razones para un reacomodamiento fuerte del dólar", proyecta Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, que se refiere al esquema visto en 2017, que implica el ingreso de dólares por endeudamiento del Estado...

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