El derecho a una vida digna hasta el final
Autor | Ernesto Eduardo Domenech/Iris Edith La Salvia |
Páginas | 199-219 |
199
Temas de Derecho Penal
EL DERECHO A UNA VIDA DIGNA
HASTA EL FINAL
Iris Edith LA SALVIA 1
“Io: Mejor es morir de una vez que sufrir miserablemente todos los días.
Prometeo: Yo no tengo destinado morir, pues la muerte sería una liberación
de mis dolores”.
(ESQUILO)
Desde tiempos antiguos los seres humanos se han visto tentados de
sufrimientos físicos o espirituales que aparecían carentes de sentido.
en su caso, la adecuada mensuración de la pena que merecerían.
de enfermos y ancianos movidos por la piadosa intención de no aban-
su agonía. En los países sudamericanos, como señala José INGENIEROS
en su ensayo “La Piedad Homicida” 2 la población rural tuvo a este
despenar ha sido un deber
de buen amigo y negarse a hacerlo se reputaba como acto deshonroso,
mezcla de impiedad y cobardía (con el agonizante)”. Las circunstancias
-extensión territorial amplia, escasez de asistencia médica y de medios
también entre soldados.
Son las circunstancias precisamente las que vuelven a plantear el
tema actualmente con características novedosas y particulares, pues
los progresos técnicos de la medicina y la complejidad del contexto cul-
tural moderno han impreso a la experiencia de la muerte y a la viven-
1 Abogada Especialista en Derecho Penal; Miembro del Instituto de Derecho Pe-
nal de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La
Plata; doctoranda en Ciencias Jurídicas por la misma Facultad.
2 José INGENIEROS, “La Piedad Homicida”, publicado en la Revista del Círculo Mé-
dico Argentino y Centro de Estudiantes de Medicina, número 118, Buenos Aires, 1911
y recogido en el libro La Psicopatología en el Arte, Losada, Buenos Aires, 1961.
Libro Homenaje a Guillermo J. Ouviña
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por ejemplo, produjeron estados de coma ajenos al devenir natural, en
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cuencias degenerativas sobre sus órganos, manteniendo forzadamente
su irrigación con sangre oxigenada. De allí que a muchos comatosos
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tener sus funciones cardiopulmonares, haciéndolos permanecer en un
Estas nuevas circunstancias obligan a replantear los criterios apli-
cables en el marco de las perspectivas éticas y jurídicas, aunque se
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cialmente a través de los siglos. De allí que los interrogantes, sin ser
sencillos, puedan reducirse a un corto número y comprometen al tipo
de protección que puede brindar el Derecho en las especiales circuns-
la protección jurídica puede convertirse en invisibles lazos que apri-
sionen al sujeto a una existencia penosa, prolongada de manera tan
obstinada como innecesaria. Pero por otra, se presenta el peligro de
tolerar valoraciones ligeras y precipitadas que lleven a irreparables
Replanteados los términos en que fuera formulada la cuestión, debe
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de ignorar las variantes que presenta cada época, cada cultura, cada
religión en torno al “derecho a morir con dignidad” o a la “muerte pia-
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nes, y en torno a elementos de diversa valoración, como el dolor, el
sufrimiento, la vida y la muerte. Mientras algunos valoran el dolor y
el sufrimiento como instrumentos de redención, otros los consideran
circunstancias atroces, carentes de sentido. El respeto por esta diver-
legislativos de alcance universal y también compromete el comporta-
miento propio frente a situaciones extremas que exigen especiales con-
diciones de valor y entereza para no apurar el trago amargo de una
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minantes pueden trastrocarse cuando se deben enfrentar situaciones
reales en toda la magnitud de su crudeza individual.
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