A la defensiva y con la guardia baja

La voz de Alfredo Coto volvió a sonar resignada. "Esto da en el corazón del negocio de los supermercados", dijo. El reclamo iba al senador Miguel Pichetto, que despojaba en ese instante al sector de toda esperanza de . Fue hace dos miércoles, antes de que el proyecto fuera tratado en la Cámara alta. Pichetto no parecía en realidad estar del todo de acuerdo con el kirchnerismo, pero se explayó en razones políticas. "Que no salga sería una pésima señal para la Presidenta", dijo, y los alentó a conformarse con los cambios del documento final: "Muchachos, acá entró un león y va a salir un gatito".Pero el gatito asusta y es, al mismo tiempo, emblemático y aleccionador. Que un encontronazo entre el establishment y la Casa Rosada tenga a Coto reclamando a escondidas explica por lo pronto bastante de lo que ha ocurrido en estos años. "¿Me quieren hacer pelear con Tyson?", se excusó el empresario en 2005 en Salta, delante de periodistas que le pedían una opinión sobre las críticas de Néstor Kirchner al sector por la inflación. Fue el preludio de una primavera intensa: dos meses después, en Mar del Plata, el entonces presidente de la Nación aprovechó, para sacudir a Coto, líder del Coloquio de IDEA, una encuesta que decía que los empresarios proyectaban una inflación de 12% para 2006."Mirá, mirá", se decían alborotados los nietos del supermercadista en el lobby del Sheraton, delante de la nacion, mientras leían la furia santacruceña en los diarios. "Es bueno que todos los argentinos sepan que ya están viendo cómo les saquean el bolsillo el año que viene -decía Kirchner-. Señor Coto: yo lo conozco muy bien a usted y sé cómo trabaja sobre los bolsillos de los argentinos. Nosotros nos vamos a organizar desde el Estado y vamos a ayudar a organizar ligas de consumidores, y vamos a seguir lo que hacen ustedes permanentemente. Deje de lanzarnos las diez plagas de Egipto. Trabaje por la Argentina y deje de presionarnos."Coto no había hablado de precios, pero lloró esa noche en la habitación, donde además tuvo un pico de estrés. No quedaba mucho por hacer: había sido elegido como emblema de lo que el kirchnerismo llama "formadores de precios", algo así como un compendio de corporaciones que tienen filiales en toda América latina y la indecorosa costumbre de subir precios sólo aquí. La cúpula de IDEA debatió el asunto esa noche: ¿convenía hacer un comunicado defendiendo al presidente del Coloquio? ¿Quién se atrevería ahora a provocar a Tyson? Fue una discusión larga que...

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