Condenan a una mantera por vender en la calle y cortar el tránsito en Retiro

La justicia contravencional porteña condenó a una mujer de nacionalidad boliviana, de 30 años, por ser la organizadora de varioshttp://www.lanacion.com.ar/1660573-tras-los-pasos-de-un-grupo-de-choque

además de cortar una avenida e impedir el paso del transporte público tras un operativo policial dispuesto para evitar que los manteros ocuparan las veredas de la zona.

Según consta en el fallo al que tuvo acceso LA NACION, Rilda Pari Laime deberá abonar una multa de 35.000 pesos y ya no podrá recuperarhttp://www.lanacion.com.ar/1660572-la-venta-ambulante-negocio-de-organizaciones-de-corte-mafioso

de venta que regenteaba.

Ésta es la primera condena de una mantera en la ciudad. La Justicia comprobó que Rilda Pari Laime, además de ser propietaria de varios puntos fijos en la calle, subalquilaba locales en una "saladita" de Retiro y era propietaria de una flota de al menos cuatro taxis, con sus respectivas licencias, que operaban en una parada ilegal en la entrada de la terminal de ómnibus de Retiro, sobre la avenida Ramos Mejía.

Tras la investigación que encabezó el fiscal porteño Walter López, a la mujer boliviana se le imputó formar parte de una de las organizaciones en la cual también estarían implicados varios de sus familiares. Tal como contó LA NACION en su edición del domingo 2 de este mes, la venta ilegal en la zona de Retiro respondería a una estructura piramidal que tiene en la mira a un argentino que fue beneficiado con concesiones del gobierno nacional en la zona de la terminal de ómnibus.

En ese organigrama, Rilda Pari Laime ocuparía el tercer escalafón, según la Justicia. Ocurre que esta mujer subalquilaba locales de venta de mercadería dentro de una "saladita" de la firma Sol-Luna SRL. Esta empresa pertenecería a un ciudadano argentino, Oscar Marcos Juárez, que también es investigado por la Justicia.

De acuerdo con el fallo firmado por la jueza María Alejandra Doti, Rilda Pari Laime "se dedicaba a realizar actividades lucrativas no autorizadas en el espacio público y utilizaba como centro de gestión o aprovisionamiento varios stands comerciales, entre ellos los ubicados en el galpón denominado Ramos Mejía 1508 L23. Desde allí se distribuía mercadería a puestos que estaban en la calle, principalmente sobre la avenida Ramos Mejía y también fuera de la estación de trenes San Martín".

Al parecer, el abanico de comercialización de esta mujer que ante la Justicia dijo estar "sin ocupación" era bastante amplio. A saber: "...la nombrada...

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