El cielo puede esperar

A lo largo de la historia, sabios, oráculos y profetas dieron fechas posibles para... el fin del mundo. San Malaquías, incluso, habló de una cantidad de papas que llega sólo un poco más adelante que el actual Benedicto XVI. Nostradamus hizo profecías relacionadas con la aparición del anticristo, alrededor del año 2000. Los mayas, desde el Popol Vuh , pronostican que el 21 de diciembre de 2012 el sol recibirá un rayo sincronizador del centro de la galaxia y se iniciará así una nueva era. Y, en paralelo a las profecías que dan fechas cercanas a la que vivimos, también son tema recurrente los signos de los tiempos. Ahí está, por ejemplo, el mayor terremoto que sacudió a Japón en 140 años, origen del tsunami de 10 metros que arrasó todo a su paso. La sensación de que grandes catástrofes climáticas y de la naturaleza se producen con más frecuencia parecen fundamentar esta idea. Pero si uno se atiene a lo que dicen las Sagradas Escrituras, parece que habrá que esperar un poco. Unos 1000 años.El milenarismo puede resumirse en el establecimiento de un reino terrenal con los justos; la resurrección de los muertos con buena conducta y su participación en el reino glorioso; la destrucción de los poderes hostiles a Dios; al final del reino, la resurrección general con el Juicio Final, después del que los justos entrarán al cielo, mientras que los malvados serán enviados al infierno.La doctrina se basa en el capítulo 20 del Apocalipsis del apóstol San Juan: "Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo". Más tarde, final feliz: "Y vivieron y reinaron con Cristo mil años".Cada uva, 817 litros de vinoLos 1000 años de reinado de Cristo fueron algo considerado natural, fuera de discusión, entre las primeras generaciones de cristianos. De hecho, varios de los Padres de la Iglesia, los que sentaron las bases de la teología cristiana, y grandes figuras de entonces eran milenaristas, como Papías, San Justino, San Ireneo de Lyon, Tertuliano, Metodio, Victorino, Lactancio, San Agustín y Sulpicio Severo.En su obra Contra los herejes , San Ireneo de Lyon cuenta algo que le había llegado de boca de Papías: que la humanidad disfrutaría de una superabundancia de placeres terrenos. Llegarían los días en los que las viñas crecerían cada una con 10.000 ramas, en cada rama 10.000 ramitas,  en cada ramita 10.000...

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