Catalejo: arena

Ahora que los forcejeos con los manteros de Once pusieron otra vez sobre el tapete el tema del uso del espacio público, bien vale la pena echar un vistazo a la creciente privatización de las playas argentinas.Es algo que no sucede en los países limítrofes en los que apostarse junto al mar es un derecho gratuito de todos, con independencia de la condición social de cada bañista.

En la Argentina, en cambio, los balnearios generan un antipático apartheid que no cesa de expandirse. Sus filas de carpas y sombrillas avanzan hasta dejar mínimas lonjas libres casi al borde del mar o en la estrecha tierra (arena) de nadie que hay entre una concesión y otra. Cuando la marea sube, ni eso queda.

Desde la llegada del turismo masivo, a mediados del siglo pasado, Mar del Plata dejó de ser...