Cartas de los lectores

Niño bien

En una nota reciente de la sección Deportes se califica, con inocultable ironía, de "niño bien" al presidente Marcelo T. de Alvear. Ojalá nuestra patria hubiera tenido muchos gobernantes con la honestidad, la idoneidad y el coraje de Alvear. Otra sería la historia.

Raúl L. Carman

DNI 4.165.325

De Axel a Brian

Desde 1983 hasta la fecha, la sociedad argentina se ha debatido entre autoritarismo y autoridad. Este debate, que se originó por los excesos de la última dictadura militar, continúa hasta nuestros días, provocando la negligencia e inoperancia de las fuerzas de seguridad, con sus devastadoras consecuencias. Más de 34 años destruyendo las instituciones para vengar el proceder de unos cuantos hombres. Según el ideario populista había que aniquilar a las fuerzas de seguridad, una suerte de venganza que ensayaron aquellos que se consideraron víctimas y que comenzó con la asignación de presupuestos exiguos, degradación de la figura del policía e instalar la tan fatídica palabra represión. Aquellos que hoy por indignación toman comisarías, y algunos periodistas que se asombran ante las muertes inocentes, deberían analizar que la policía que tenemos es la policía que quisimos y que hicimos durante los 34 años de democracia. Entre los apremios ilegales (execrables y sobre los cuales no vale la pena explayarse) y el desorden hay una inmensa gama de soluciones que desde ya no atentan contra los derechos humanos, sino que por el contrario contribuyen a instalarlos y a exigirlos. Lamentablemente hemos hecho mucho para que desde Axel Blumberg (2004 ) a Brian Aguinaco (2016) hubiera centenares de muertos.

Espero que a partir de Brian las cosas mejoren.

Fernando Sciarra Villalba

DNI 92.314.338

La misma receta

El sucesor de Prat-Gay deberá hacer, en un lapso de pocas semanas -si es que quiere tener alguna posibilidad de éxito- lo que el ministro anterior no pudo, no supo o no quiso hacer: corregir el tipo de cambio (la inflación ya se consumió la anterior devaluación), reducir el gasto público (que en 2016 aumentó), reducir el déficit fiscal y comercial (que también aumentaron) y reducir las tasas de interés a valores compatibles con una economía en crecimiento. Si no lo hace seguirá el camino de todos aquellos ministros que aplicaron la receta de atraso cambiario, altas tasas de interés y déficits fiscales y comerciales, por más que tuvieran capacidad, conocimientos y la mejor de las intenciones. Esto ocurrió con Gelbard, Martínez de Hoz...

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