Carta de lectores

DeudasSe­ñor Di­rec­tor:"Después del default, y habiendo abonado el Boden 2012, la Argentina aún debe al Club de París, a España, a los bonistas que no aceptaron el canje, al Ciadi ?con sentencias firmes no pagadas y otras que se vienen?, a la Anses, al Banco Central y al Banco de la Nación. También el 82% a los jubilados, a proveedores, reintegros a los exportadores, la deuda que vendrá por Aerolíneas Argentinas e YPF, y otras menores. ¿De qué emancipación económica hablan? Debiendo a cada santo una vela, ¿jactarse y festejar por una vez que no hicimos el «pagadiós» es algo lógico?"HaberesSe­ñor Di­rec­tor:"El anuncio de la Presidenta sobre los «aumentos» de las jubilaciones mínimas mereció el cerrado aplauso de los presentes en la Bolsa. En ese momento sentí humillación, burla y desprecio... ¿Puede alguien aplaudir los haberes de los adultos mayores de 1924 pesos? Los aplausos me golpearon como una bofetada dolorosa y burlesca... ¿Qué aplaudían los aplaudidores?"El dinero de la AnsesSe­ñor Di­rec­tor:"Después de toda una vida de trabajo y de aportes, sigo luchando por tener una jubilación digna, acorde con los aportes realizados por más de 40 años, pero la Anses, a pesar de sus publicaciones y compromisos internacionales, sigue apelando. Tras varios años de juicio, con sentencia favorable de primera instancia, apelada por la Anses, la Cámara dictó sentencia, nuevamente favorable, ajustando mis haberes de acuerdo con el famoso juicio Badaro. Para mi gran decepción, ahora la Anses interpone un «recurso extraordinario». ¿Dilatan el juicio esperando mi muerte, así no lo pagan?"Los ahorros nuestros, de los jubilados, son usados con otros fines que los dispuestos por la ley, y no para cumplir con las sentencias que obligan a la Anses al ajuste de los haberes, por lo que hemos tenido que recurrir a la Justicia. Todos nos preguntamos entonces? ¿se hará justicia? ¿Cuándo?"Salidas transitoriasSe­ñor Di­rec­tor:"Respecto de la salida transitoria de presos, recuerdo que en un viaje a Estados Unidos pude convivir con un grupo de presidiarios que con sus trajes de color naranja trabajaban, con vigilancia del personal penitenciario, en la construcción de la biblioteca de una pequeña ciudad de Tennessee. Tienen un pequeño salario y la posibilidad de comer en un local de comida rápida cada semana. Son elegidos aquellos que ya han cumplido buena parte de su condena y gozan de buena conducta. Todo funciona correctamente. La diferencia es que viven en una...

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