Cambios impositivos, cambios en los bolsillos

Faltaban solamente cuatro días para la llegada del brindis con los deseos para 2018. Después de jornadas agitadas en lo social y en lo político, el Congreso de la Nación aprobaba, en una sesión que se extendió hasta la madrugada del 28 de diciembre, la pretendida por el Gobierno .

, rige desde el inicio de este año, pero para que las modificaciones se vean en la práctica debe aprobarse la reglamentación de varios aspectos.

Las novedades de 2018 en materia impositiva que tienen impacto directo en los bolsillos de las personas no son exclusivas, de todas maneras, de esta última reforma legal. Hay medidas que se aplican desde este mes, que tienen su raíz en normativas aprobadas antes.

Es el caso de las actualizaciones en los esquemas de y del , que desde ahora se hacen en forma automática y según la evolución de un indicador. En el primer caso, la variación que se sigue es la del índice salarial Ripte, que determinó una suba de 28,77% del mínimo no imponible y de los valores de la tabla de alícuotas. Como las expectativas indican que los salarios subirían este año por debajo de ese porcentaje, en este caso la actualización representaría un alivio del peso del tributo, si se lo mide como porcentaje efectivo de los salarios y aun considerando que los ingresos crecerán en términos nominales.

La otra actualización, la del monotributo, se hace según el índice de movilidad jubilatoria del año pasado. Por eso, los topes de facturación y los pagos mensuales que están a cargo de los pequeños contribuyentes se elevaron un 28%.

Los jubilados del sistema nacional que gestiona la Anses y también quienes cobran asignaciones familiares (asalariados y monotributistas), pensiones no contributivas o la Asignación Universal por Hijo (AUH) están directamente alcanzados por el cambio en el sistema de movilidad de ingresos. Con recomposiciones que se darán en marzo, junio, septiembre y diciembre (hasta ahora había dos por año, en marzo y septiembre) se estima que podría haber una mejora nominal anual, al finalizar 2018, de alrededor de 21 o 22%, un índice que, según proyecciones de varias consultoras, estaría unos cuatro o cinco puntos por debajo de lo que se habría obtenido sin cambio alguno (ni en la fórmula de movilidad ni en las fuentes de ingresos de la Anses), pero que el Gobierno promete que superará a la inflación. Y para 1,3 millones de jubilados y pensionados se aplica desde este mes la garantía del 82% del salario mínimo, lo que implica alzas de hasta 7,5%.

La movilidad previsional también es responsable de la dinámica de otros números, como el monto del tope salarial para calcular los aportes jubilatorios y al sistema de salud (el tope es hoy de $81.918 y en marzo se elevará a $86.587) y el importe de la contribución mensual de los autónomos al sistema de seguridad social.

Más allá del cambio en la suba de aportes (pasaría a ser trimestral), los autónomos tendrán un alivio en Ganancias, por una disposición de la reforma tributaria que disminuye la brecha que hay en el trato impositivo entre estos contribuyentes y los asalariados.

Los cambios aprobados por el Congreso en las últimas horas de 2017 incluyen, además, la imposición a la rentabilidad de las inversiones financieras, algunas nuevas deducciones permitidas para quienes pagan Ganancias, y cambios en el monotributo que llegarán a mitad de año. En estos aspectos falta la letra de la reglamentación, también pendiente para poner en marcha la disposición, incluida en otra ley (la 27.432), que prevé ampliar, progresivamente, la posibilidad de tomar a cuenta de Ganancias los pagos del impuesto al cheque.

A continuación, una síntesis de los cambios con impacto directo en los bolsillos de los...

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