En la búsqueda de nuevas fuentes de energía

AutorNorma Haydeé Rozadas
CargoProfesora

Las energías alternativas son aquellas que reemplazan a las energías o fuentes energéticas actuales, ya sea por su menor efecto contaminante o fundamentalmente por su posibilidad de renovación.

La sociedad se abastece de energía para desarrollar su progreso y bienestar, pero cuando ésta comienza a agotarse aparece la “crisis energética”.

La economía actual en constante crecimiento exige una mayor demanda energética y en algún punto las fuentes fósiles y nucleares no podrán abastecer tanta demanda, por lo tanto habrá que buscar energías alternativas.

Las que hoy se utilizan como “alternativas” son: energía eólica -por el movimiento que generan los vientos; energía hidráulica –capta energía de los saltos de agua y se genera a través de centrales hidroeléctricas; energía oceánica o mareomotriz –generada por las mareas y las olas; energía solar –a través de paneles que absorben los rayos solares; energía undimotríz –capta la energía de las olas- y biomasas, generadas por la descomposición de residuos orgánicos o por su quema directa como combustible.

Los fósiles entraran a fines del siglo XXI en una total desaparición. Durante el 2005 la producción total de hidrocarburos se estancó en algo más de 85 millones de barriles diarios, y su precio sigue en constante aumento.

El hombre ha comenzado a tomar nota de que hay que buscar otras “fuentes de energía”. Comentamos en este artículo algunas novedades:

El desafío a partir de los biocombustibles: naftas con agregado de etanol (alcohol) o gasoil producido a partir de cultivos (arroz, maíz, trigo; caña de azúcar, algas marinas, desechos forestales, o paja de rastrojos (residuo de cosechas). Esta nueva instancia obliga a preservar el medio ambiente, ya que de ser utilizadas en forma irracional provocarán pérdidas de selvas y bosques, que dejarán paso a los monocultivos destinados a producir sólo materia prima vegetal.

Pensando en cómo cuidar el medio ambiente surge en EEUU un “auto vegetal” o “auto con sistema de combustible ya usado”. Es un producto renovable que no emana sulfuro y emite menor cantidad de dióxido de carbono.

Si tiramos el aceite usado por las cañerías domiciliarias, vemos que un litro contamina cerca de un millón de litros de agua (lo que una persona consume en 14 años).

Y Argentina no se ha quedado atrás en la puesta en marcha de energías alternativas.

En la Universidad Tecnológica Nacional de Villa María, Córdoba, un grupo de investigadores comenzaron, también, a utilizar el aceite...

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