Brasil y la falta de dólares complican el empleo en la industria automotriz

La crisis de la industria brasileña y el torniquete que el Gobierno impuso al flujo de dólares que las automotrices necesitan para importar autos y piezas para producir comenzaron a impactar de lleno en el empleo del sector. Según pudo averiguar LA NACION, varias automotrices están -con el acuerdo del sindicato- suspendiendo días de producción y, por lo tanto, a trabajadores. La crisis no pasó aún a mayores porque los sueldos se pagan casi al 100% y por la cercanía del Smata con el oficialismo.

La debacle industrial brasileña es la principal causa de las suspensiones, pero en las últimas tres semanas (después de las PASO) las automotrices están recibiendo casi un 35% menos de dólares de lo pactado con los ministerios de Economía e Industria. Desde mediados de julio -y hasta fines de septiembre-, todo el sector debería recibir US$ 283,9 millones mensuales. Eso implica además que las terminales no pueden volcar el excedente de exportación al mercado interno. "Si tirás 100.000 unidades más al mercado local, las vendés", analizó el presidente de una automotriz. "El tema es que no están los dólares."

La última mala noticia entre las terminales se conoció ayer. General Motors (GM) decidió paralizar la producción los dos últimos días hábiles de agosto y todos los lunes de septiembre, y no descarta que esa situación se extienda en el futuro.

Según supo LA NACION, la firma estadounidense pidió recortar 860 puestos y finalmente acordó la salida de 240 trabajadores a través de retiros voluntarios. Sin embargo, en la empresa afirman que no frenarán el llamado Plan Fénix (la fabricación local del nuevo Cruze), el principal proyecto de la compañía para el año próximo.

"Sabemos que el mercado de exportación representa el principal desafío para nuestra compañía y por eso estamos haciendo una fuerte inversión, para cambiar nuestro modelo de negocio y continuar nuestra operación de una forma sostenible en el mediano y largo plazo", dijo a LA NACION Isela Costantini, presidenta de GM Argentina. "Este momento es apenas una coyuntura y seguimos enfocados en lo que es la implementación del proyecto Fénix, que es nuestra apuesta al futuro", completó.

Para colmo, entre Axel Kicillof y Débora Giorgi se libra una guerra fría. Cerca del ministro de Economía dijeron que el actual problema laboral depende de Giorgi, cuando fue la Secretaría de Comercio la que anudó en los últimos tiempos acuerdos con las automotrices. En el entorno de Giorgi criticaron la falta de...

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