Todos con Boulanger

En el siglo XIX, mal que le pesara a Liszt, aparecían por doquier pianistas que, con sólo haber tocado alguna vez algo para el gran compositor y, en el mejor de los casos, haber recibido un comentario favorable y no más que eso, se presentaban ante las audiencias como "discípulo de Liszt". En el siglo pasado, algo similar pasó con Nadia Boulanger, según Ned Rorem, "la pedagoga musical más importante que jamás existió". Nacida en París en 1887, fue pianista, organista y, como su hermana, la malograda Lili, fallecida en 1918, a los veinticuatro, comenzó a componer siendo muy joven. Pero, en los años 20, arguyendo que su música "no tiene ninguna utilidad", abandonó la composición para dedicarse a la docencia. Y sus enseñanzas y sus maneras de comprender las capacidades y las singularidades de cada alumno fueron, tal vez, la clave para que todos quisieran estudiar composición con quien sabía como nadie cómo potenciar los talentos de cada uno. Y a su casa y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR