Boca y San Lorenzo, en un clásico que pasará rápidamente al olvido

Boca y San Lorenzo disputaron un clásico tan opaco y ordinario que resultó un cachetazo para la historia de ambos. Fue una noche triste en la Bombonera, escenario de un duelo impropio de los grandes enfrentamientos que estos mismos rivales libraron en tiempos no tan lejanos. Con la igualdad 0-0, el Ciclón hizo su pequeño negocio, rescató un punto de visitante y quedó a tres del líder del campeonato, Estudiantes. Pero el conjunto de la Ribera, con una floja presencia de Riquelme, terminó con los nervios de punta y no sólo dentro del terreno. Porque sobre el final del partido y desde el sector de La 12 se escucharon insultos para los jugadores; inmediatamente, el resto de los hinchas, en desacuerdo con el mensaje de la barra, cantó en favor del equipo, sentenciando que "las buenas ya van a venir".Obligado por presentarse frente a su gente y con todos los problemas (deportivos y periféricos) que acarrea desde hace tiempo, el conjunto xeneize necesitaba ganar, casi como fuera. Su imagen durante la primera etapa fue la de siempre: la de un equipo insípido, malhumorado, con escasas ideas, que ante la mínima inspiración del rival se desmorona. El medio campo y la última línea nunca dieron garantías, sobre todo el lateral derecho, Grana, que se vio superado ¡físicamente! todo el tiempo por Pipi Romagnoli, un futbolista como mil batallas y varias cicatrices en un cuerpo magullado. Así y todo, Boca pudo haber hecho añicos la paridad a los 15 minutos, con una rápida jugada de contraataque que nació en un córner para el Ciclón mal ejecutado, continuó en el Burrito Martínez, se prolongó en Riquelme (con un movimiento dejó en ridículo a Ortigoza) y Gigliotti remató por encima del travesaño. Pero no mucho más que ello.San Lorenzo, conociendo a la perfección las debilidades de Boca, lo esperó, agazapado, esperando el momento para atacar, para hacer daño. Con Ortigoza como eje de la lucha por la pelota y...